UN EUROPEO NO SE CORRE TODOS LOS DÍAS !!
Tras volver a quedarme sin pectoral para el maratón de París, buscaba plan B para cubrir un maratón el 13 de abril. Indagando, busqué y había un maratón en Lovaina, busco dónde está y e voilà: Bélgica. En Bélgica, aunque he estado hace un par de años de pasada, no había corrido un maratón y pensé que sería un buen momento. Al entrar en la web oficial del evento, veo que es el maratón abierto a los populares del mismo Campeonato Europeo de Atletismo. Tras haber vivido desde dentro el del año pasado en Roma, siendo liebre de 38′ en el 10000, no me lo iba a pensar ni un sólo segundo. Correr en un evento así es un privilegio, aunque bien es cierto que cada ciudad organiza a su manera.
Tras comprar los vuelos, pensé antes de inscribirme en ponerme en contacto con el coordinador de pacers si lo fuera a haber, y efectivamente así lo hice. En cuestión de una semana me contestaron a mi email en el que adjuntaba mi extenso currículo como marcapasos. La respuesta fue una inmensa alegría en ese momento ya que les encantarían que formara parte del equipo de ritmo. Incomprensiblemente para mí, a los dos días recibo un correo en el que directamente se lo han pensado mejor y me dejan fuera, apelando que ya tienen guías para las 3h. Más tarde salió a la luz una publicación en redes sociales aclarando que el grupo de todos los ritmos sería fundamentalmente (o se a todos) belgas. Bajo mi punto de vista, una incoherencia total. Eso sí, me invitan a inscribirme e ir a correr. (risa)
Me inscribo pues. 130€ sin camiseta. Aunque duelen, no me importa; correré un Europeo.
Mi viaje comienza el viernes en un vuelo directo desde Madrid a primera hora. Un poco más caro de lo que acostumbro a pagar por los billetes de avión, pero quiero aprovechar bien a conocer Bruselas. Según aterrizo, prendo un tren directo desde el aeropuerto a Loviana y me dirijo andando durante 20 minutos a la Expo. Expo por llamarlo de alguna manera. Mi crítica constructiva se basa en lo experimentado en el recinto y es que el Sportoase Leuven está vació de todo. Un pequeño expositor de cremas en el centro de la pista, y otros 3 en una esquina, ridiculizando el amplio espacio . A los laterales, la entrega de dorsales por distancias y en el otro lado, la entrega de la camiseta previamente pagada en el momento de la inscripción, que obviamente no me molesté en pagar si no recuerdo mal 40€ por ella. Resignado, salgo del pabellón, topándome con la retahíla de nombres de los participantes del fin de semana, y con el montaje del que iba a ser la gran fiesta post-carrera. Media maratón el sábado, y 10k y maratón el domingo.


Vuelvo a la estación de tren y me voy a Bruselas a hacer check-in en el hostel para patearme la ciudad durante toda la tarde, pero antes de todo, me voy hasta el Atomium mientras hago el rodaje del viernes. Después turismo por el centro y a descansar para el sábado seguir con él. Bruselas es una ciudad bastante cara, y los hoteles para este fin de semana estaban bastante elevados de precio, por lo que mi mejor opción iba a ser un hostel aun sabiendo el riesgo que eso conlleva en una ciudad en la que la noche es cultura.



Sin haber descansado ni si quiera un poquito ni viernes ni sábado (un par de horas cada noche mal dormidas) el día B ha llegado. El maratón comienza a las 10:15. Ha estado toda la noche lloviendo. Desayuno y me doy el pequeño paseo de 500 metros hasta la zona de salida. He quedado allí con mi amigo y pupilo Julián y cuando nos juntamos, comienza a jarrear agua. Aún falta hora y media para el pistoletazo de salida y sólo podemos ver como cae agua y cruzar los dedos para que acabe pronto. Efectivamente, a las 10:00 cesa, y nos vamos al cajón. Cajón de sub-élite, por cierto. Las ganas de correr justo antes de entrar al cajón eran absolutamente cero, pero con el fin de la lluvia y el ambiente que se va generando a cada minuto, me van entrando. De pensar en hacer un sub3 pelado para cumplir conmigo mismo, a dejarme llevar por el complicado recorrido rompe-piernas.


Me ato la bandera de España a la cintura con dos fuertes nudos y con la élite europea a escasos 5 metros se da el pistoletazo de salida del Campeonato Europeo de Atletismo que coincide con mi maratón número 95.

El recorrido de este maratón es lineal; salida en Bruselas a los pies del Palacio Royal y llegada en Loviana. Lo único que sé del perfil, y porque Julián me lo había mandado días previos, es que suma un desnivel total de en torno a 300m que se suben en los primeros kilómetros fundamentalmente. Subes y bajas durante todo el recorrido, pero con tendencia descendente a partir del 10 para una subida final desde el 40 a meta.
Salimos de la zona empedrada rápidamente. Hay ambiente en las calles, mucho; es un Europeo !! Durante los dos/tres primeros kilómetros, el recorrido asusta. Asusta porque pasamos por dos gigantescos túneles de unos 800 metros en los que el desnivel a salvar es muy considerable. Mi estrategia de carrera es clara: disfrutar y no sufrir. Para ello, en las largas y empinadas subidas doy pasos cortos con la mirada al suelo, recupero aliento al llegar arriba, y mantengo ritmo a bajas pulsaciones (135ppm); en las bajadas simplemente no freno. Eso de no frenar no tiene otro motivo que no castigar los cuádriceps; eso sí, en muchas de ellas me pongo a 3’10/km sin querer.
Salimos de la ciudad en el kilómetro 5, y ahora hasta la meta todo, absolutamente todo es verde. Extensas praderas y campos de golf, lagos y lagunas, arroyos, diversa fauna, y de vez en cuando público animando al paso de las localidades que atravesamos. No mucho más que decir explícitamente sobre el recorrido, más que apuntar, que en mis 95 maratones, éste va directamente al top5 de bonitos.

Llevo el ritmo en las piernas, pero sobre todo en el corazón. Un espectacular paisaje a cada lado de la carretera me olvida por momentos dónde estoy, tanto que sin darme cuenta, la muesca de la media maratón registra 1h20’50».
Desde que comenzamos, el viento es bastante fuerte (23km/h), pero por suerte, casi todo el recorrido viene a favor. Eso es una gran suerte, porque de haber sido al revés, el sufrimiento habría sido demasiado intenso. Todo va en orden y así iba a ser durante el resto de la carrera. En el 32 entramos en Loviana, la ciudad donde se halla la meta y el público hace su trabajo. Ánimos ensordecedores que te hacen más fuerte, calles abarrotadas de gente con los que te envalentonas antes de tiempo, pero eso a mí me da lo mismo…sólo quería disfrutar el momento y así lo hice. Que me pasaba de ritmo durante unos cientos de metros?!, pues bajaba ritmo sin importarme durante los siguientes. Disfrutando de cada metro, interactuando con las dos bandas de la calle y haciendo amigos fotógrafos en cuanto veía a uno de ellos.
Aunque el ritmo es cierto que lo he bajado unos segundos por kilómetro, sigue siendo interesante para mí, y al llegar al 39 me pongo a echar cuentas. Si aprieto un poco entraría por debajo de 2h45, pero pensé: llevo casi 40 kilómetros con la bandera de España atada a la cintura (molestando más que ayudando; se me metía constantemente entre las piernas), hoy el tiempo no me importa. Quiero sacar la bandera y ondearla como nunca !!! Quiero lucir mis colores que siempre llevo conmigo pintados en mi cara, y enseñar claramente de dónde soy !!! Pues efectivamente, desaté con apuros los nudos y paseé por las calles de Loviana, con los brazos en alto, durante dos largos kilómetros a mi compañera de viaje. Piel de gallina desde que la subí por primera vez, disfruto de esos casi 10 minutos de gloria hasta que atravieso la línea de meta en 2:45:38



Tras coger aliento (correr así cansa mucho más), y colgarme la medalla, me voy a la zona post-meta en la que para poner la guinda al pastel, justo están con la premiación del Campeonato, y para mi alegría inmensa, oro para España. Allí estuve un largo tiempo, emocionándome con los míos, representando de alguna manera a mi país, al menos para mí.


Algunos datos:
- Primer maratón en Bélgica
- Maratón número 95 total
- Maratón número 9 del este año
- Posición 217º europeo y 7º español en meta (élites incluidas).
- Kilómetro más rápido: el 5º: 3’31/km
- Kilómetro más lento: el 20: 4’19/km
- Ingesta de 3 geles Maurten sin cafeína y 8 cápsulas de sal.
Uno de esos maratones que repetiría todos los años, pero que no podrá ser por el maratón que ha sido: UN EUROPEO !!
Agradecer a todos los que enviasteis ánimos en algún momento, a los que me leéis y estáis pendientes de mis experiencias maratonianas, y cómo no, a los haters que critican todos mis movimientos. Y cómo no, a Kata y la familia por el tiempo compartido.


Próximo maratón: 27 de abril, maratón de Europa (Aveiro)
SALUD & KMS