Describir lo vivido en la Cuidad del Viento, no es fácil, pero en esta crónica intentaré hacerlo lo mejor posible. Primero pongo en situación, aunque muchos ya lo sabéis: Chicago, sería mi décimo maratón del año (y dos ultras) tras varias victorias y otros tantos maratones como pacer. Almagro, Bilbao, Roma, Rotterdam, Praga, Biarritz, La Laviana, Jaén, (6 ore di Rome), Oslo, (73.3 Oslo), además de 11 medias maratones (10 competitivas). Una mejor marca personal en media maratón, en mi cuidad hace escasas 2 semanas iban a hacerme pensar seriamente si en el estado de Illinois podría dejar huella. Lo pensé, lo intenté y lo hice.
Ser el primer español en cruzar la línea de meta de uno de los 6 maratones más importantes del mundo no es moco de pavo.
Viajé el martes por un motivo claro: el precio de los billetes, y fue todo una ventaja ya que mi adaptación al horario fue perfecta, y el turismo oportuno no me produjo ninguna desventaja ; no puedo decir lo mismo de la alimentación los últimos días. Algo verdaderamente importante.
El jueves a primera hora me dirijo a la feria de corredor, al nivel de un Major, perfecta organización, rápida a la hora de retirar los atuendos y con gran oferta de productos. Una vez recogidos los dos dorsales, sólo queda descansar. Hablo de dos dorsales, porque aprovechando la obligatoria activación pre carrera, se disputa un 5k oficial en el cuál hago un gran tiempo de 17’01», siendo el 26° de la clasificación absoluta (me gustaría tener el dato de cuántos de los 25 primeros correrían al día siguiente), además de también haber sido el primer español en finalizar la prueba.
Me centro en el domingo. El día CH. Me despierto a las 5 am, desayuno tranquilamente y me dirijo a la zona de salida, sita a 500m de mi hostel, pasando antes por el guardarropas. Hay 4 grados de ST, y el ambiente es brutal. Más de 40000 corredores vamos hacia un mismo destino. Mi corral, el A, está prácticamente vacío cuando entro, y aunque llevo un mono que me protege del frío, caliento, cosa que no suelo hacer; lo hago con un amigo que conocí en la línea de salida de Berlín en 2019, y que casualmente ahí estaba sin yo saberlo. El encuentro fue guapísimo. La primera estrategia que tengo en mente es juntarme con el segundo grupo de la élite, que rodarían a un ritmo de 3´25/km hasta donde aguantara, pero la salida top runner daba comienzo 3 minutos antes que la mía, por lo que la descarto enseguida. La segunda opción estratega es llevar un ritmo de 3,33/km yo sólo, o con el grupo que encontrara en el camino, para poder llegar justo a las 2h30 exprimiéndome al máximo. En esto, que en linea de salida, un chico español nos pregunta por el objetivo, y ya que casualmente coincidimos, decidimos hacernos mutuamente de liebre. Todo esto hasta que él se descuelga por la media maratón.
Pistoletazo de salida para el corral A !! Los falsos llanos los esquivo muy bien, y los pasos del 10k (35’07) y de la media maratón (1h15’05») son perfectos, pero…podré hacerlo igual?!, me pregunto. La segunda parte de la carrera, no es tan favorable, el viento se ha levantado un poco más, y no hay grupo formado para ir a rebufo. El kilómetro 22 lo paso en 3’20 habiendo apretado para quedarme a pre con mi estrategia, pero las fuerzas no son las mismas que al comienzo.
Ahí, tenía dos posibles opciones: la primera, aguantar a ritmo y probablemente colapsar en el 35. Quizá en el 37. Y entonces tirar por la borda mi carrera. La segunda, bajar un pelín el ritmo, disfrutar de la carrera, y sobre todo, asegurarme una gran actuación, con grandes posibilidades de bajar mi mejor marca personal. Obviamente, en seguida, la segunda pasó a ser la única opción, y se cumplió. 45 segundos menos que mi estratosférica marca conseguida en Zaragoza el año pasado.
Sobre el kilómetro 36 mis fuerzas arremeten, pero sacando toda mi garra, consigo sortear el viento, la flaqueza aparece, mis piernas, ya cansadas, buscan la meta más que nunca. Pienso en lo bien que lo he estado haciendo hasta ese momento y continuo hasta dar el último giro, enfilar la última subida (esa no era falso llano) y me presento en la larga recta hacia la gloria haciendo un sprint a la altura de las circunstancias.
La animación en mi 32° maratón, ha sido la mejor que nunca he visto. De principio a fin. Un sin parar de aplausos y voces alentando a los miles de corredores. Avituallamientos inmejorables. Ya me habían avisado de que en Estados Unidos los maratones no se corren, sino que se viven, y doy fe.
2h32’05» en mi segundo Major, en mi primer maratón en América, en mi décimo maratón del año, en mi 32° maratón en 5 años. Es muy fuerte todo esto.
Además, algo muy importante, me he traído a Valladolid nuevas y muy buenas amistades. Si por algo amo el running !!!
Eso sí, éste, será el maratón de los agradecimientos. Gracias y mil veces gracias a quienes habéis estado de una manera u otra pendientes de mi actuación, de quienes habéis llorado de alegría al verme triunfar en USA, a quienes os sentís orgullosos de tenerme como amigo, a quienes no han dejado de escribirme para mandarme fuerzas y ánimo, a quienes se han preocupado por mí, a quienes me habéis echado una mano con la excusa del vino. Gracias, gracias y mil veces gracias. A mis patrocinadores también, por supuesto. MSF360, AEGC y PIÑÓN DE ESPAÑA.
Amistades y conocidos de Running y medio pueblo volcados en qué podría hacer Jaime, el vecino que fue el Pregonero de las Fiestas. He hecho todo lo que he podido hacer: puesto 164 de 40000, primer español en cruzar la línea de meta. Me siento muy orgulloso de mí mismo, porque para llegar aquí no basta con ponerse unas zapatillas y correr. Detrás hay una enorme dedicación de tiempo a entrenar, constancia y sacrificio.
Próxima parada pacer 2h50 en Venecia el 23 de octubre.
Salud & kms