MARATHON BIARRITZ 2022

La primera de tres, en un mes, ya está hecha!!!

Así empieza la crónica de mi primer maratón en tierras francesas, más concretamente en el País Vasco Francés, en bellísima ciudad de Biarritz. Mi sexto maratón en 2022, iba a ser el primer «largo» para la preparación de las 6 horas de Roma el próximo 9 de julio, y así ha sido.

Estocolmo iba a ser mi evento de junio, pero finalmente no pudo ser; Cork y Melilla eran las dos otras posibilidades. El caso es que de repente me enteré que se iba a celebrar la primera edición del maratón de Biarritz y puse el ojo en ella. Ya desde el principio, en su página web te dicen que no es una carrera para buscar marca, ya que el recorrido discurrirá por sus montes y parajes verdes, los cuales acumularán hasta 700 metros de desnivel positivo acumulado. No se equivocaron.

Ciudad a la que podría ir en mi coche, y con alguna que otra facilidad para pernoctar cerca de allí me empujaron a apuntarme sin dudarlo. Al hacerlo, recibo un correo diciendo que estoy «en cola». Fácil explicación: las 10000 plazas del evento (que reunía distancia reina, la misma por relevos, media maratón y 10k) se habían llenado a falta de casi dos meses, y yo me quedé fuera. El caso es que inesperadamente, vi un sorteo en RRSS y lo eché. CONGRATULATIONS YOU ARE DE WINNER!!!  Ya tenía dorsal!!!

Dos semanas entrenando con algunas que otras cuestas, y competición de la Arroyada Trail (con triunfo) me dieron buenas expectativas para lo que podía ser (y fue) este 5 de junio.

La entrega de dorsales sólo se pronunció el día previo, y el mismo día de la prueba una hora antes del pistoletazo, por lo que por logística, decidí recogerlo el domingo madrugando un poco más. Aún más!!! Aún más, porque la salida se dio a las 7 de la mañana…muy a la francesa.

Una vez recogido mi dorsal y, la sencilla pero bonita camiseta, me dirijo con mi equipo moral a la línea. El ambiente es serio, seco, triste, sin animación, se respira lo que yo pensé que era tensión…pero no, creo que estos vecinos nuestros son así. De repente suena algo de música actual, demasiado bajita para lo que uno acostumbra, y el speaker dice las primeras palabras, que como es lógico no entiendo. Gracias que éste tiene una compañera de diez, Sara, mallorquina, que da un poco más de vidilla a la antesala del pistoletazo con el que 2000 participantes saldrán a disfrutar de los 42’195km de este «MARATRAIL».

Tengo una chuleta con el perfil de altimetría en la muñeca para ir viendo cuándo vienen las largas subidas, y puedo asegurar que me vino de perlas. Tras una cuenta atrás insípida, comienza mi vigésimo octavo maratón. Los primeros 5k son tendidos hacia abajo, y pongo la directa a un ritmo frenético, haciéndolos en 17’50», en ese momento veo la primera subida…dónde me he metido?! Pienso!! Repecho al 7% y es la menos inclinada. Ahora entiendo lo que avisaban en la web… 

Mis kilómetros los hago muy alegres, pero obviamente salvar 80 metros en cada subida hacen bajar sustancialmente los ritmos. Aún así, los 10k los paso en 38″ y la media maratón en 1h24. Empieza lo duro, y lo bonito. 

El recorrido es absolutamente maravilloso, discurre por frondosos bosques, verdes prados, lagunas, campos de golf, y caminos asfaltados en los que subir andando no habría sido mala opción. Las localidades que atravesamos son Anglet, La Negresse, Bassuscarry, Arbone, Uronea, Bidart, Katalinenea, Cote des Basques y Biarritz ; cada cuál, más bonita. 

Respecto a los avituallamientos, tengo que recalcar que desde el primero hasta el último están a falta de una palabra: PERFECTOS. Abundante de todo. Agua, agua con gas, cocholate, frutos secos, bizcochos…lo justo para 10000 participantes, pero que no siempre sucede. 

Cuando más veía peligrar mi perenne marca de sub 3 horas en ésta, mi distancia, un chute moral, una explosión de emoción, una inyección de adrenalina y pura gasolina me vienen sin previo aviso, pues mi equipo me esperaba con ansias de animar en el pk30, justo al acabar la cuesta más dura del maratón. Sin ese punch, nada habría sido igual. Mil gracias amigos. 

A partir del 32, se empieza a ver la preciosa e impresionante costa desde lo alto del monte, quedan unos 10km y el sufrimiento, la deshidratación y las ganas de acabar por debajo de las 3 horas van haciendo mucho daño.

Según mis cálculos voy entre la décima y la décimo quinta posición, y ya me van adelantando los corredores de la media maratón. Esto último no ayuda, pero algún corredor que me ven cómo estoy (destruido) me encamina y me invita a seguir su estela. Poco puedo hacer. No tengo fuerzas ni para mantener un ritmo de 4’30 en los pocos llanos que hay. Miro la chuleta y veo que quedan dos «repechos», cada vez veo más difícil mi objetivo mental. Vuelvo a echar cuentas y encuentro la luz…sé que una vez cruzada la meta allí estarán mis amigos, me abrazarán con fuerza, me besarán con cariño, me felicitarán de corazón. Esto me hace revivir (un poco, al menos) y apretar todo mi cuerpo para llegar a la recta final, y esprintar sonriendo como a mi me gusta. Después de todo lo sufrido, entrar recorriendo los últimos 400m a ritmo de 3’20/km no está nada mal; y si lo haces llorando de emoción, mucho más. 

2h59’38» es mi marca, que aunque parezca un tiempo sacado de cuando hago la labor de pacer, en absoluto es así. Maratón sufrido, y mucho, disfrutado más aún. 628 metros, subidas de hasta el 17% en algunos tramos, calor desde los 16 a los 24 grados, humedad para regalar y algún condicionante más, han hecho que mi 28° maratón, haya sido el más duro hasta la fecha. Puesto 11/2000

Medalla con el LAUBURU, ícono Vasco que deja claro dónde has conseguido la preciada y merecidísima medalla finisher. 

No suelo dedicar mis carreras, pero éste va por y para Aitziber, Jero, Vanessa y Saioa, unos amigos y a la vez animadores fuera de no normalmente establecido. Desde el madrugón a las 4:30 de la mañana, hasta el encuentro el el pk30, como la meta, como el post, como todo el fin de semana. Muchismas gracias. Eskerrik asko!!!