Si te enteras un día que hay un maratón que da comienzo en el primer segundo del año, tú siendo yo, qué harías ?! Pues eso, el Neujharsmarathon sólo era cuestión de tiempo. Lo descubrí hace ya unos años, pero hasta ahora no lo había tenido tan al alcance (probablemente la pandemia; no encuentro otro motivo). El caso es que en un arrebato de «a todo que sí» (cosas mías) busqué vuelos Madrid-Zürich y evoilà, Súper precio !!! Efectivamente, el primer maratón del año en todo el mundo se da cita en Schlieren, pueblo situado a 7kms de Zürich, Suiza.
Mi viaje comienza el viernes con un vuelo de primera hora. A las 10 ya estoy en la ciudad suiza y la mañana es puro encanto de turismo. El tiempo, a excepción de esa misma tarde me iba a respetar tanto, que iba a ser absolutamente inusual para el lugar en que pasaría mi Nochevieja solitaria. Pasado el mediodia, me dirijo a mi hostel que está a 4 kms del centro, en Höngg, a medio camino de la zona de salida, para descansar del largo día.
El sabado, aunque me desubico bastante, es el día del maratón, pero igualmente, por la mañana hago mi típica activación de 20 minutos, aunque esta vez a ritmo más que tranquilo. Una vez puestas las piernas a punto, vuelvo a la ciudad a conocerla un poco más.
Sin poder ni querer descansar más una vez vuelvo al hostel, me dirijo a la zona de salida. El pabellón de la ciudad que se viste de gala para la ocasión. Esta edición es la número 18, y se nota que son mayores de edad, aunque quizá la cultura suiza sea muy distinta al resto. Con esto me refiero por ejemplo, a que la web solo está en alemán, a que si quieres medalla has de pagarla con la inscripción, y que ésta última, a pesar de ser la más barata de Suiza, es muy cara para lo que ofrecen. Por supuesto que sí la medalla la tenés que pagar, la camiseta o calcetines del evento, obviamente también.
Los voluntarios son experimentados y hacen muy bien su trabajo a la hora de la retirada del dorsal y bolsa de corredor, en donde un bollo y una barrita y bebida energética, son su totalidad; lo demás, repito, si lo queréis, lo pagas. (Inscripción de última hora + medalla = 105€).
El formato es pequeño, más bien, por el.dia en que se celebra, podría decir que para coleccionistas. El curso es sencillo: 4 vueltas alrededor del río, a oscuras, 96% camino, con salida y llegada del y al pabellón que nombraba antes.
Las persistentes lluvias de los días anteriores habían dejado el camino como auténticos bebederos de patos y …
La cuenta atrás es bastante sosa para lo que realmente es, los familiares que se concentran en ese pabellón ayudan, pero tímidamente se les nota. Pistoletazo de salida exactamente con el inicio del año, salimos del pabellón. Me coloqué en primera fila y eso lo agradecí después bastante.
Os imagináis lo que es toda la ciudad de Zurich dando la bienvenida al año con miles de fuegos artificiales durante la primera hora del año?! Pues exactamente eso es lo que me hace asegurar, que el Neujharsmarathon tiene el comienzo de 42k más bonito al que nunca haya asistido, y ya son 38.
Hago un inciso ahora para comentar mis dos mayores errores de este evento: 1°, al hacer la maleta, por tema de espacio, decidí meter unas zapatillas no trail ya que ocupan menos, y 2°, metí el frontal de luz sin asegurarme que funcionaba.
En la primera vuelta, coincidimos todas las modalidades que habían, 1/4 maratón, 1/2 maratón, maratón, y maratón por relevos. Salgo apretando bien, el terreno está crudo (pero sin pisar), mis parciales kilométricos son demasiado rápidos pero esa es mi estrategia principal: tantear. Tan fuerte tanteo que el primer 10000 lo paso en 36’40». Exactamente en el comienzo de la segunda vuelta, cuando de nuevo entramos en el camino al salir del pabellón, me doy cuenta que el primer error lo iba a pagar carísimo. La energía que gasto para aguantar el equilibrio en cada zancada que doy es brutal, y es por el kilómetro 12 o 13 cuando empiezan a faltar fuerzas. Reconozco que nunca me había pasado. Esto, sumado a que los fuegos artificiales ya no me iluminaban tímidamente el camino, me estaban haciendo pasarlas verdaderamente canutas. La estela que dibujan los focos de todos los participantes es preciosa vista desde el otro lado del río, pero todo «pro» tiene su «pero». En el kilómetro 17 comienzo a adelantar a corredores, por mis cuentas iba en la octava posición, sin saber de qué modalidades eran los 7 que iban por delante mío. Sigo apretando y dejando toda mi energía en el barro, los parciales van relentizandose hasta que la media maratón la paso en 1h20. La tercera vuelta es toda psicológica. Sigo doblando a corredores y en el 22 me pasa un chico a mí, me pongo a rueda pero no puedo. He gastando muchísimo en la segunda vuelta y lo pago con creces. Mantengo, o al menos eso intento, ritmo controlado de 4’15. El segundo gel cae en el pk24, (el primero en el 17), algo totalmente extraño en mí, pero que en esta ocasión es de obligado cumplimiento. La tercera vuelta está para acabar, y sólo pensar que me queda otra me viene abajo moralmente. Al comenzar la cuarta, y sin esperármelo, otro corredor de adelanta, pero directamente no lucho por seguirlo. Es hora de disfrutar como se pueda de la carrera, y disfrutar en ese patatal es complicado, pero no imposible. Cómo?! Pensando en la maravillosa estampa de 360° con fuegos artificiales, pensando en quienes de verdad estaban en sus casas acordándose de mí, pensando en que uno de los maratones que hay que hacer sí o sí, lo tenía al alcance de unos pocos metros, pero sobretodo pensando en que si estaba ahí, a oscuras, con barro hasta las cejas, fatigado, cansado, era solámente porque yo lo había decidido.
La entrada es maravillosa, todo el pabellón aplaudiendo, música alta, luces y neones alumbrando como si de una discoteca se tratase, el marcador: 2h55’40», no sé el puesto y se lo pregunto al juez. QUINTO !!! Exausto, cojo aire. En pocos maratones he acabado tan vacío de energía. Claro, que había «cenado» a las 18h, y ya empecé con hambre.
Neujharsmarathon es un evento con muchos condicionantes como para que salgan las cosas como en otros, hora de salida, temperatura, terreno, iluminación…pero lo que sí que es verdad es que NO SON EXCUSAS. Es lo que hay para todos.
Satisfecho a rabiar por mi resultado. Ser quinto un día como el vivido este Año Nuevo no es nada fácil.
Una vez puesta esa medalla y recogido el prácticamente inexistente avituallamiento final, ducha y hago tiempo hasta que veo entrar a mis amigos y conocidos que también asistieron a la carrera. Llegada a la cama a las 6 de la mañana, y a destrozar la cama.
El resto del viaje…paseo nocturno por la ciudad ese mismo día, y visita a la mágica Lucerna.
Tú siendo yo, qué harías ?!
Salud & kms
Próximo maratón: 29 de enero en Miami como pacer 3h.