DOS MARATONES Y MEDIO EN MENOS DE 24 HORAS CON UNA VICTORIA ABSOLUTA.
Dos maratones y medio con una victoria absoluta, pero cómo y sobre todo, por qué?!
El porqué lo tengo claro: entrenamiento para los 100k del Passatore. El año pasado, tuve una buena preparación de cara a esta prueba, con un resultado agridulce. Mi entrenamiento se basó en hacer 7 maratones en las 7 semanas previas a los 100 kilómetros y el resultado, aunque no fue malo (66/7500), no me convenció pasados los días. Este año vuelo a Florencia para hacer el mismo recorrido y he decidido hacer algún que otro maratón las semanas de antes, pero teniendo una gran carga en la ultima quincena. En la que se refiere a la crónica que escribo ahora, la idea era hacer de nuevo el Doble de Helsinki (42+21) y al día siguiente maratón de Riga. Meter una carga de 105 kilómetros en menos de 24 horas.
La logística era viable así que me puse a trabajar en ella. Tenía todos los vuelos comprados desde hacía mucho tiempo excepto el que me dejaba en la capital finesa, y se iba acercando demasiado rápido el día a la vez que subían los precios, por lo que empecé a hilar combinaciones a falta de 20 días. Finalmente, mi viaje comienza miércoles al finalizar mi jornada laboral, hacia Bilbao. El jueves, Bilbao – Venecia, en la que pasaría allí una perfecta tarde con dos buenos amigos, y el viernes a primerísima hora, Venecia a Helsinki.



En Helsinki, como ya sabéis si leísteis la crónica del año pasado, se celebra el día del running en el mes de mayo. Un sábado en el que se da cita el maratón con salida a las 9:40, y una media maratón con tres salidas distintas 14:20, 14:40 y 15:00. No tenía obligación de hacer la segunda parte, pero eso lo iba a decidir en el momento de acabar la primera. Tras una tarde de turismo por la ciudad con Stefano, me reencuentro con Julia y Shane que llegan de Nueva York para compartir una vez más un fin de semana maratoniano.



El día H llega, y nos vamos camino del Estadio Olímpico, en donde los aledaños dan la salida. Al ser pacer, tengo el privilegio de estar en la zona VIP para dejar mis enseres y acicalarme para la ocasión. De nuevo, Stefano y yo, bailamos de la mano junto a Kristiane y otro pacer. La mañana ha amanecido un poco fresca (8ºC) y con escaso viento de 12km/h, pero el tiempo, respecto a lo que yo vi en la previsión al hacer mi mochila de viaje, había cambiado bastante y ya no iba a hacer frío.
A la hora exacta salimos. Este año no he querido cometer el error de portar la bandera, el año pasado fue un verdadero lastre. La calidad de las mochilas son desastrosas y no quería sufrir como lo hice el año pasado.


El recorrido son dos vueltas maravillosas, con dos subidas destacadas en los kilómetros 10 y 19 (y en el 31 y 40). Primeros dos kilómetros tendidos hacia abajo ganando unos segundos y después, parando los parciales a la perfección dosificando en los continuos falsos llanos y aprovechando las bajadas. El grupo es muy grande al comienzo y aunque no llegan todos con nosotros, los corredores sub3 en meta son más de 20.
Van pasando los kilómetros y charlo con algunos corredores centrándome en mi compañera de menester Kistriane que es su primera vez como pacer, una sueca de 1’90m de altura campeona de trail-running; casi nada. Del otro pacer, mejor no digo nada. Respecto a Stefano, nada que no haya dicho antes en la multitud de maratones que hemos corrido de la mano. Un lujo.
Paso de la media maratón en 1h29’10». Me dejo caer gran parte de la carrera para conectar con los más rezagados y exploro cada ángulo por el que pasamos. Sinceramente uno de los maratones más disfrutados y que más rápido se me han pasado. En el último kilómetro, no dudo en coger, por tercer año consecutivo, el móvil, y grabar la entrada al mítico Estadio Olímpico. Un dejavú digno de revivir año tras año, para parar el crono en 2h59’10». Medalla en el cuello, me voy a la sala VIP a descansar. He acabado entero, y con más ganas que nunca de ponerme a correr a las 14:20 la media maratón.
Con las piernas en alto, mientras me hidrato bien, miro la clasificación del Dobble. Voy tercero !! El segundo es Stefano a 1 segundo de mí, y el primer clasificado lo tengo a 43″. Si pensaba solamente en correr para meter kilómetros en este sábado, ahora tenía claro que me iba a dejar todo o casi todo para poder conseguir la victoria en el formato de 63.3k (los otros dos años había sido segundo).


Entonces llega la hora, me coloco en segunda fila y tras el pistoletazo, salgo bravo a recorrer otros 21k. Primer, segundo, tercer y cuarto kilómetros corro a un ritmo endemoniado de 3’31, 3’32, 3’37 y 3’38. Mis piernas responden muy bien, pero no mucho después, la fatiga comienza a hacerme estragos. Esa subida del pk10 me deja bastante tocado pero continuo con garra. Lo único que pienso es en la posibilidad de ganar y aprieto los dientes. Bebo más de lo normal en cada avituallamiento. Constantemente me adelantan corredores, algo que no me ayuda mentalmente, pero soy consciente de que ninguno de ellos ha corrido antes el maratón ya que de reojo, veo el color del dorsal. Todo va en orden dentro del desorden, y tras la empinada cuesta del pk19, sólo me queda llegar al Estadio, y disfrutar del momento mientras en esta ocasión, el crono marca 1h27’30». Con las dos medallas en el cuello, y las fotos pertinentes, me voy a mi área a ducharme y esperar las clasificaciones.

Han habido problemas con los cronometraje y tenemos que esperar más dos horas hasta que oficialmente me dan la mejor de las noticias: CAMPEÓN ABSOLUTO DEL DOBLE DE HELSINKI.
Con la felicidad del momento, me voy a la estación central de tren, para ir al aeropuerto. Son las 19:45 y mi vuelo sale a las 21:00. No a casa, sino a Riga. Esta es la segunda parte del fin de semana.

Nunca había hecho 2 maratones en dos días, y ésta iba a ser la mejor de las decisiones de cara a la preparación de los 100k del Passatore. Tras haber corrido el año pasado en la capital letona, sabía que lo iba a repetir, y sinceramente, ¿para qué esperar más?
Aterrizo a Riga sobre las 22:30 y en lo que llego a la casa de Daiga y nos ponemos un poco al día, me dan » las tantas». El maratón, tras el peligroso calor insoportable del año pasado, lo han adelantado dos horas, y comenzamos a las 7am. Sorprendentemente el tiempo no es ni parecido. Mucha lluvia y frío nos esperan.
El día R ha llegado. Efectivamente llueve, pero llueve con muchas ganas. Además sólo 7ºC. Dejo mi mochila en el depósito de bolsas y me voy a la zona de salida. Me coloco en mi cajón, el primero, pero por primera vez desde hace más de 90 maratones, al final de él. Me he levantado muy bien de piernas, sin dolores, sin molestias, y con ganas de correr, pero soy consciente que si me coloco donde siempre, voy a molestar.

Pistoletazo de salida, el tercero en menos de 24 horas. Cojo ritmo desde el primer kilómetro, pero las balsas de agua hasta los tobillos dificultan mucho el trazado de la trayectoria. Al principio intento esquivarlos, pero en el momento que me meto en uno hasta por encima de la zapatilla (segundo kilómetro) no me preocupo más de ese zigzag y atravieso como si llevara Goretex todos los siguientes. El ritmo es perfecto para las condiciones. Estoy afiliado al 4’05/km. Bajo un poco el paso durante los kilómetros 10 y 11 pero justo ahí, me adelantan muy poco a poco un chico y una chica portugueses. Charlo con ellos de mi día de ayer, y me dicen que ellos van a 4’10/km constantes (pacer personal), que si quiero me ponga detrás de ellos. Agradecido, así lo hago. Así lo hago hasta el kilómetro 25 en el que me encuentro a Verdeliss. Lo demás se puede imaginar. Charlar y charlar de nuestras aventuras. Felicitaciones de nuestros logros, y sobre todo y especialmente compartir tiempo, espacio, ritmo y hobby. Un gustazo correr con ella por las preciosas calles de Riga y por sus bosques.
De nuevo declaro al maratón de Riga como uno de los mejores y más bonitos de Europa. Una organización de 10, cuidando absolutamente todos los detalles para hacer volver a los corredores una vez más. Lo consiguen !!

Habiendo bajado un poco el ritmo desde que nos encontramos para estar juntos, el disfrute es máximo. «No recuerdo» haber corrido (y ganado) el día anterior los 63.3k de Helsinki, y mis piernas aunque un poco fatigadas, responden a la perfección. Animar a quienes vienen en sentido contrario al otro lado de la calle, a quienes adelantamos porque ya no pueden más, a quienes nos animan, es lo que me mantienen tan vivo. Mi maratón 99 lo cierro con 2h58’30» traspasando la línea de meta de la mano de mi amiga Verdeliss. Correr una vez más con ella después de Chicago y Valencia es muy TOP. Gracias Estefanía.


Un broche de oro para un fin de semana maratoniano maravilloso. Un doblete con victoria, y un segundo maratón sub3h sin esfuerzo, hacen que piense que los 100k del Passatore pueden salir muy pero que muy bien.
Tras despedirnos, me voy al apartamento en donde una ducha caliente, una merecida siesta y un buen turismo por la ciudad a media tarde, clausuran el domingo. El lunes, un trote en Riga sin consecuencias y un larguísimo día de viaje con 16 horas de viaje cierran el intenso fin de semana maratoniano.



Para más detalles de los recorridos tanto de Helsinki como de Riga, os invito a leer las crónicas del año pasado, aquí (HELSINKI RIGA) después de ésta.
Algunos datos del fin de semana:
- Maratones 98º y 99º
- Maratones 11º y 12º del este año
- 3er Doble de Helsinki
- Ganador absoluto del Dobble, tras dos años siendo segundo.
- Tiempo de los 63.3k de 4h26’40
- 2 maratones y medio en 21 horas
- Pulsaciones medias: Helsinki 143 y 148, Riga 135
- Calorías gastadas totales: 7049 kcal
Hora de agradecimientos, y los voy a generalizar. Gracias a quienes me leéis, a quienes me apoyáis, a los haters, y a quienes os alegráis en algún momento de lo que hago y cómo lo hago. Y especiales por supuesto para mis acompañantes de este fin de semana: Sai, Leonardo, Cristina, Stefano, Julia, Shane, Daiga y Estefanía.


Próximo evento: 100K DEL PASSATORE. Ultramaratón con salida en Florencia y meta en Faenza la tarde del sábado 24 de mayo.
SALUD & KMS