LA SOLUCIÓN A MI NO MIAMI MARATHON…

La solución a mi NO Miami Marathon tenía que ser algo bonito para despejar definitivamente mi mente del error de mi mala decisión en Florida el 2 de Febrero, así que comencé a buscar opciones. Las opciones no iban a ser muchas; no por los maratones sino por los días disponibles para meter uno más en mi apretada agenda, ya que estaba todo cuidadosamente calculado para la celebración de mi maratón número 100 el 8 de junio. Teniendo en cuenta que sigo con mis trece de no correr en España, Madrid estaba más que descartado desde el principio. Londres lógicamente no se contempla, Hamburgo ya lo tengo, y Manchester lo haré el año que viene.

Aveiro lo tenía fichado desde hace dos años. Un trabajo excelente de marketing, una preciosa ciudad costera, la rica gastronomía, y lo económico del viaje por poder ir en coche, iban a coger la fuerza suficiente para que a golpe de dos clics me inscribiera un 10 de febrero en la que se hacen llamar «La Maratón de Europa».

Una vez inscrito, pienso si podría hacer de liebre allí, y con un email a la persona correcta con mi currículo por medio, el «sí» lo recibo a las pocas horas. Siempre digo que «nada viene sólo», y ésta, afortunadamente, es una prueba más. Ya son 54 maratones como pacer; de uno en uno.

Mi viaje, bien acompañado (compañía mutua) comienza el viernes tras salir de trabajar. Mi madre, mi hermano y Saioa se han unido pasar un fin de semana luso. Según llego, directo a hacer check in del primer hotel y a cenar. El sábado comienza con la obligatoria activación pre-maratón por el Canal Principal, y la Expo: sinceramente pensaba que iba a tener que dedicar tiempo en ella. Desde fuera (RRSS) uno piensa que cuando entres a la Feria del Corredor te vas a encontrar un sin fin de todo, pero desafortunadamente para mí, no es así. Tímidos stands de productos portugueses, alguna carrera local, un pequeño expositor de Decathlon y un palco. La entrega de dorsales es rápida, pero hay un grave problema, y es que el fabricante de las camisetas no ha cumplido con el plazo, y sólo han recibido 2500 de las 22000 que deberían haber llegado. Sinceramente no le doy importancia porque tengo muchas, pero ahora, desde el sofá mientras escribo esta crónica, y con mis medallas en frente mía, también tengo muchas de esas y sí me importaría si no tuviesen al finalizar mi carrera; por lo que ahora, veo un fallo gigante. La importancia que le quiera dar cada uno, pero hay que decir todo, y es que Paolo Costa, director ejecutivo del evento dio la cara en un perfecto comunicado. Eso hay que valorarlo, es importante.
Si diésemos todos los trabajos relacionados con los eventos a las empresas nacionales (sin excepción)., quizá esto no pasaría.

Tras un sábado de turismo por la ciudad con visita a Costa Nova y sus famosas pintorescas casas de colores, vuelvo a la ciudad para cenar pronto y descansar lo máximo posible. Mi 96º maratón está por caer.

El día A ha llegado. Tras dormir en el hotel que la organización me ha puesto, el perfecto Meliá Ria, a escasos 20 metros de la zona de salida, sí, 20 metros. Me dirijo a la sala en donde tenemos el briefing técnico de última hora y en donde nos colocamos nuestras velas.
Si hay dos cosas que no entiendo de este evento como pacer son las siguientes: por un lado, todos los pacers excepto un par de ellos y yo, se dividen en dos mitades; es decir, por cada tiempo, dos hacen la primera maratón, y otros dos le dan el relevo y hacen la segunda media maratón. Desde mi punto de vista, afea nuestra labor. Una liebre (del evento) ha de ser capaz de llevar el ritmo continuo y constante de principio a fin de la carrera, y que el grupo que se ha juntado a su liebre acabe o intente acabar con la misma liebre. Por otro lado, y esto por más que lo pienso no le veo el sentido, nuestro reloj hemos tenido que darle marcha con el sonido del disparo, es decir, «real time». Esto conlleva a que todos los segundos que pasan desde el disparo hasta que cruzo la línea de salida, son segundos perdidos que tengo que recuperar poco a poco. En mi caso, sin precedentes, ya que fueron unos 8 segundos, pero, y los pacers de 4 horas que tardaron en llegar a la línea de salida 2 minutos ?! En fin, no lo entiendo.
Igualmente, y respetando las decisiones de quienes coordinan y organizan nuestro cometido, doy marcha a mi Garmin con el disparo inicial.

Salida limpia. Comenzamos con un repecho, y una vez coronado, comenzamos a bajar. Los ritmos no se embalan demasiado, pero sí estamos unos segundos por encima. Jorge, mi primer compañero y yo, nos ponemos a marcar el ritmo con una bonita perfección. El Maratón discurre por los encantadores paseos del Canal Principal de Aveiro, sin animación, pero en mi caso, acompañado y acompañando a un grupo gigante de corredores. Asombrado, miro de vez en cuando para atrás, y somos entorno a 100. Como decía, no hay animación alguna. La temperatura a las 8:45 de la mañana cuando comenzamos nuestro maratón era sospechosamente buena, pero a raiz de que pasarán los minutos, todo iba a empeorar; al menos para mí. El Sol, que antes daba un tímido calor, ahora abrasa, y los avituallamientos, perfectos por cierto, eran de obligado cumplimiento coger al menos dos botellas de agua. Vamos recortando kilómetros y haciendo debidamente uso de las cápsulas de sal, comienzo a tomarlas cada 30 minutos. Hemos comenzado a ver corredores en el otro lado de la misma carretera. Algún que otro giro de 180º lo hacen posible, y a decir verdad, se agradece mucho. Personalmente es algo que me gusta.

Atravesamos varias veces el Canal. Para ello, no hay otra manera que cruzar los cortos pero empinados puentes. Otro tema es el puente que nos lleva derechos a Costa Nova, o al menos a Barra, cruzando Gafanha da Nazaré. Es el kilómetro 18 y durante 500 largos metros de subida y 500 de bajada para asomarnos al paso de la media maratón, con una muesca en el crono en 1h29’42». La segunda mitad no es igual, pero se asemeja mucho a la primera parte, haciendo que nos crucemos con parte de los 22000 corredores que nos dimos cita en la Venecia Portuguesa.
Pocos maratones recuerdo con tantos fotógrafos y pocos maratones también recuerdo que haya chocado la mano a tantos niños, y es que una vez metidos en la urbe, el público se ve y se siente a cada giro desde el 35 al 42.

El enorme grupo se rompió por completo en el 33, pero aún quedaban algunos corredores a los que invito a rascar unos segundos, y otros a los que espero para meterlos en tiempo. Última curva, en la que inesperadamente veo a mi madre y hermano, cojo la mano de mis compañeros, y con la calle que subimos exactamente 3 horas antes, cruzo la meta en unas precisas 2h59’50» de tiempo oficial.
Mi trabajo de Aveiro, una vez más impecable, quizá más especial si cabe, y es que una vez traspasa el arco de meta, allí estaban unos cuantos esperándome para agradecer mi labor. Larga vida al pacer !!!


Algunos datos:

  • Maratón número 96 total
  • Maratón número 10 del este año
  • Maratón 54º como pacer
  • 3er maratón en Portugal
  • 24ºC con 74% de humedad.
  • Ingesta de 1 gel Maurten sin cafeína y 10 cápsulas de sal.

Agradecer especialmente a la compañía de este viaje, a Francisco y Paulo como cabezas y contactos en el evento por el trato recibido, y a quienes me leéis casi semanalmente en el ya habitual maratón dominguero.

Próximo maratón: 10 mayo, maratón nocturno de Mem Martins

SALUD & KMS