DE NUEVO PACER EN UN MAJOR !!

Tras Londres 2023, mi segundo Major como liebre iba a ser Berlín 2024. Contactos y el buen hacer durante todos mis trabajos de marcapasos me iban a abrir el camino hacia un pequeño sueño. Un amplio currículo me han conducido a marcar el ritmo más rápido de uno de los 6 maratones más importantes del mundo: sub3h en Berlín en su 50º aniversario.

Corrí el maratón de la capital alemana un 29 de septiembre de 2019, y exactamente 5 años después repetiría la cita. La primera, fue mi primer intento con resultado positivo de romper la barrera de las 2h40 con un resultado de 2h39’14». Aquella mañana, puse mi cuerpo al límite para conseguir mi inviable objetivo. Ahora todo ha cambiado. Nada más y nada menos que 65 maratones más en mis piernas me dan la razón.

Sólo 24 horas en Berlín iban a darme mucha vida. Mi viaje exprés, lo comienzo con una salida desde Madrid con un vuelo directo a eso de las 11:40, llegando allí a las 15:40. No me iba a dar tiempo a recoger en nuestro stand de pacers de la Expo mi material de liebre, pero sí para recoger mi pectoral. Directamente (tras una hora y cuarto de autobús más metro), me presento en el antiguo aeropuerto de Tempelhofen. Allí uno se siente como pez en el agua. Una organización de 10 te da entrada a la Feria de Corredor del Major. Lo primero el babero, y sin pararme en el merchandising a la primera, me voy hacia el otro hangar; ese en donde están las ofertas de otros maratones, así como nutrición, zapatillas etc. Lo primero saludar a mis amigos de Milán y Roma, y después un buen paseo sin demasiada prisa por todo el complejo. A la salida, ahora sí, me paro en el «merchan».

El plan del sábado estaba más que claro desde hacía un mes: llegar a Berlín, Expo y reencuentro con unos cuantos amigos y amigas de todo el globo. La cena, en un restaurante italiano nos iba a congregar a la buena cifra de 28 buenos amigos, entre otras cosas para celebrar el cumpleaños de la neoyorkina Julia. Tras un paseo con Astrid y Silvio por la Puerta de Branderburgo, me dirijo al hostel a preparar mis avíos y a descansar.

El día B ha llegado. Julia y Arjane pasan a buscarme por mi alojamiento, y vamos juntos con un paseo de 20 minutos. Nuestro lugar de encuentro es una hora antes de la salida, en los aledaños del enorme parque frente al Edificio del Reichstag. Allí empezamos a recoger las banderas y a ajustarlas, mientras la hora se nos echa encima. Mi compañero de baile preferido, Marc, y en esta ocasión Sergio también, seremos el tridente español para ayudar a conquistar la gloria de muchos corredores, pero empezarían aquí los problemas, tras la bonita foto oficial.

El caos multitudinario para dirigirse a los cajones de salida es abrumador. Una cantidad incalculable de corredores queremos meternos a la vez en el mismo sitio. Nuestro cajón (el de las 6 liebres) es el B, pero el tumulto de gente nos lo va a poner imposible. Primero, andamos rápido, y poco después, viendo la que se está formando, trotamos. Las 3 liebres alemanas están unos metros tras nosotros, sin demasiada prisa. Nosotros, entramos un poco en pánico y nos hacemos hueco, no demasiado, pero avanzamos. De repente, frenamos en seco, y de allí nadie nos movería. Son las 9:12, faltan 3 minutos para la salida, y estamos en el cajón C. La cabeza no iba a permitir tener una salida como si no pasara nada. No habíamos podido meternos en nuestro cajón, y de nuevo vuelvo a recordar lo de hacía 5 años.

Pistoletazo de salida, y tras 2 largos minutos andando a empujones, cruzamos la línea de salida. Start en mi Garmin y a funcionar!!! Nos encontramos con un verdadero problema, y es que los corredores de nuestro cajón, al menos la mayoría, están por debajo de nuestros inexpugnables 4’14/km de carrera, por lo que un constante e inacabable zigzag nos acompañaría durante toda la carrera. No es fácil llevarlo bien, pues hay muchísima gente. No hemos recorrido 2 kilómetros y ya las vistas nos dejan boquiabiertos mientras la carrera se bifurca en dos mitades exactas al paso de la Columna de la Victoria, en donde saco el teléfono para inmortalizar el bonito momento.

Comienzan a caer los kilómetros, estoy disfrutando del momento, más concentrado de lo normal por la gran multitud de corredores a los que adelantamos, mientras las estrechas avenidas nos agolpan por momentos y nos esparcen en otros. Primer parcial 21:25, perfecto. Perfecto, pero no todo: empiezo a notar una molestia en mi dedo gordo del pie derecho. Mentiría si dijese que no me preocupé desde el primer segundo. Mentiría si dijese que sabía desde ese momento que algo iba mal. Obviamente, aguanto. Pero no aguanto dos minutos, sino 37 interminables kilómetros.

Disfruté de la carrera, eso lo tengo claro, pero no como siempre. Quería hacer un trabajo perfecto junto a mis amigos Marc y Sergio, y aunque lo hicimos, mi cabeza estaba a partes iguales en el reloj, en las vistas y en mi dedo. Las zonas con más público, abarrotadas hasta la bandera, hacían olvidar las penurias y me metían de lleno en el evento, aunque el mayor chute de energía me lo diera mi amiga Ana al encontrarnos en plena carrera.

Momentos que hacen que me centre en mis zancadas, forzando la pisada desde hacía muchos kilómetros, peleando en los caóticos avituallamientos, y es que un evento con 58400 corredores en salida, no puede tener sólo una fila de mesas y no demasiado largas. El segundo puesto de agua, lo perdí, y comencé a deshidratarme, por lo que los siguientes no me podía permitir el lujo de dejarlos atrás. Un caos en toda regla, que parece ser que se repite año tras año.

Media maratón al paso perfectísimo de 1h29’49», y así con todos los parciales. Emocionado por lo que estoy viviendo, quiero olvidarme de mis problemas, y ahora aseguro que tuve como 40 minutos en los que no me acordé de ese maldito dedo. Kilómetro 30, y comienza la deseada bajada, esa que nos da un poco de comba a la hora de gestionar fuerzas a todos.
Digo esto, porque para quien no ha corrido Berlín, pienso que es necesario hacer saber que Berlín no es llano, ha sido durante muchos años el escenario perfecto para batir récords en la distancia, pero está lleno de falsos llanos.
Éste alivio viene acompañado por los últimos kilómetros, en donde si cabe, más gente se agolpa. Yo, como de costumbre, hago aspavientos para meter en acción al público, pero casi les hace falta.
Tras girar por última vez a la izquierda, ahí está, la gloriosa, histórica e imponente Puerta de Branderburgo, sin duda uno de los finish-line más increíbles que te puedas imaginar. La emoción que se siente al pasar por uno de sus arcos, mirando el Garmin por última vez antes de cruzar la meta, después de haber sufrido lo que en pocas ocasiones, pero disfrutado del uno de los regalos que mi vida deportiva me ha regalado no si merecimiento: ser pacer en Berlín 2024.

Manos enlazadas, Marc, Sergio y un servidor entran en meta, en unas inmejorables 2:59:53, tras haber ayudado a cientos de corredores en su gran cita por las calles de la capital germana, en su 50º aniversario. 50 años que no se cumplen todos los días.

GRACIAS BERLÍN !!

Algunos de mis números son los siguientes:

  • 20º maratón de este año.
  • 77º maratón en total
  • 36º maratón como pacer
  • Puesto 4534º absoluto.
  • 2º Berlín
  • 2º Major como pacer
  • 4º Major total
  • Parciales: 5k – 21:05, 10k – 42:17, 15k – 1:03:15, 21’1k – 1:29:49, 30k – 2:08:04, 40k – 2:50:33

Tras llegar a meta, y con una cojera como en mi vida me niego a descubrirme el calcetín hasta llegar al hotel. Mi prioridad es disfrutar el emocionante momento de felicitar y ser felicitado. Tras colgarme la medalla, unas fotos, unos abrazos, recogida del poncho y dejar la bandera, me despido de los amigos y me voy poquísimo a poquísimo al hostel a ducharme para prender un vuelo sólo 3 horas después de haber acabado.

El diagnóstico del percance no el mejor tras haber visitado al podólogo, pero estaremos listos para la próxima cita.

Muchas gracias a Maite y LevelUpSuplementación los mejores consejos nutricionales, a Absotec como patrocinador principal (en búsqueda activa), a los amigos y amigas que han hecho de 24 horas en Berlín, 24 horas mágicas, y a todos los que estáis pendientes de mis eventos maratonianos y sobre todo lo disfrutáis desde la distancia!!

Próximo evento (si mi dedo lo permite): maratón de Silesia (Polonia) 06 de octubre.

LARGA VIDA AL PACER !! SEE YOU 2025, BERLÍN!!

SALUD & KMS