LOS SUEÑOS SÓLO ESTÁN PARA CUMPLIRLOS !!

Sólo hacía dos semanas que había sido pacer en Berlín en su maratón e iba a volver a cumplir otro sueño de serlo en otro Major. Chicago me esperaba en lo que para la gran mayoría de liebres que conozco, es la cima. Ser pacer en Chicago es realmente complicado, pero…

…hacía muchos meses que el contacto con el coordinador había sido posible gracias a una gran amiga y mis trabajos hasta ahora. Ya por el mes de junio no me podía creer lo que mis ojos leían en el email de confirmación. El caso es que gracias al tiempo conquistado hacía dos años en el maratón de Chicago con unas magnificas 2h32’05», había conseguido un dorsal garantizado (no gratis) para correr este año. Los vuelos ya estaban comprados en el momento adecuado, y todo hilado para volver a correr por esas calles tan increíbles, pero con la aceptación en el equipo de pacers todo iba a cambiar. El tiempo final asignado no iban a ser las 3h como siempre, sino las 3h05, algo inusual en mí, que sólo había hecho en una ocasión, en el maratón de Londres del año pasado, pero igualmente no podía decir que no. Tenía que ser flexible de nuevo.
Me enfrentaría al tercer maratón consecutivo con la «fortuna» de que mi dedo estaba en optimas condiciones.

Mi viaje comienza el jueves con un puente aéreo desde Madrid a Barcelona, hora y media de escala y Barcelona – Chicago directo. Saioa también correrá por Chicago, y con todo el amor del mundo le hago de guía. Según llegamos, hacemos turismo para combatir el jetlag, al igual que la mañana del viernes con subida incluida al «360º Chicago».

El mismo viernes por la tarde tengo tarea; 3 horas y cuarto de trabajo en el stand de pacers de la Expo, a la que vamos un par de horas antes para recoger los dorsales y disfrutar del paraíso. El del maratón, obviamente, y el 5k Abboutt Chicago que se corre el sábado por la mañana. La Expo, de nuevo, verdaderamente perfecta. Allí, vuelvo a reencontrarme con buenos amigos de todo el mundo, conozco al coordinador y mantengo largas conversaciones con quienes tienen dudas del ritmo a seguir, así como de qué pacers estarán en qué cajón y en qué salida….

Sábado por la mañana, 5k. El madrugón es importante: 5 de la mañana. Nos vamos desde el hotel, a media hora en tren hasta la salida. Vuelvo a respirar el ambiente de esta perfecta activación que se vive el día previo al evento principal. No hay competición por mi parte, en esta ocasión, ya tenía decidido desde hace tiempo hacer de liebre personal a Saioa y así sucede. Un ritmo más que tranquilo para mí, para parar el crono en 23:36, super emocionantes igualmente. Vuelta al hotel a por una ducha y de nuevo a la ciudad, esta vez a por el crucero arquitectónico.

El día C ha llegado. La emoción es máxima. Sin menospreciar a ningún evento en los que soy pacer, serlo aquí es además de un privilegio es un honor. Bastante antes de las 5 de la mañana ya estoy en pie, y a la hora acordada me presento en nuestra carpa, aledaña a la zona de salida, a la que tras pasar los dos controles llego a tiempo. Tenemos de todo para todos. Estoy en completo éxtasis. Estoy en donde nunca pensé que iba a estar más que en mi mente. Cojo mi bastón con mi tiempo, me coloco la chuleta en forma de tattoo en el antebrazo en millas, y en el último momento me escribo los pasos de los kilómetros en el cartel para tener todo a punto. Ahora sí: todo está controlado.

Tras la foto oficial, nos vamos en procesión a nuestro cajón. Todas las miradas son para nosotros y como toreros, nos hacen pasillo para entrar en nuestra ola. La hora se va acercando, y la música no cesa, el speaker sigue con su trabajo, y el himno de Estados Unidos crea el silencio absoluto entre la muchedumbre. Suena la Into de los Chicago Bulls para dar comienzo a uno de los mejores maratones del mundo. Nuestro cajón, el C, avanza poco a poco. Pistoletazo, y comienza el baile. Una salida limpia para disfrutar de mi 79/42.

Somos 3 liebres para las 3h05. Tras haber mantenido unas palabras con uno de ellos (Ryan), intuyo que confía en mi experiencia y a cada paso de cada kilómetro me mira para que le cante exactamente cómo vamos. Tras atravesar el Río Chicago un par de veces y según nos vamos hacia el norte de la ciudad por La Salle, noto que algo no va bien en mi cuerpo. Durante el tiempo que había estado en la carpa de pacers, había hecho algo que no suelo hacer: beber agua en abundancia, y eso desde el segundo kilómetro me iba a traer problemas. 78 maratones hechos y 78 maratones hechos sin haber parado a mear, pero este domingo en Chicago mi historia iba a cambiar. Cada zancada notaba que mi vejiga iba a explotar, y desde el minuto 10, estaba pensando en que iba a tener que parar obligatoriamente. Como nunca me había pasado, no sabía el dolor que esto causa, y empiezo a dudar. Sólo me preocupo por como saldrán los parciales; para mí es el único objetivo.
Aguanto unos kilómetros más, sólo quiero disfrutar de lo que mis ojos ven, de los que mis oídos oyen, y del momento. Paso del 5000 sólo 3 segundos de ventaja, y los 10000 apenas 7 segundos. Todo esta yendo perfeto, pero perfecto en cuanto el tiempo. En el kilómetro 12 mi cabeza me pide que pare a mear porque si no, las piernas no van a dar ni un paso más. Se lo digo a Ryan como buenamente sé y avanzo unos 80 metros a sprint para detenerme en seco y sacar todo durante 1 minuto. Tardo 4 minutos en coger al grupo de nuevo, pero parezco otra persona; ligero como una pluma avanzo sin contemplaciones, con mi bastón en alto y una sonrisa de oreja a oreja. Las calles están repletas de gente animando sin cesar a cada paso de cada corredor, todo vibra. Es Chicago; es un Major. En Greentown pasamos la mitad de carrera sólo con 5 segundos de ventaja. Ryan asienta con la cabeza. Robert, el otro pacer, sigue haciendo la comba.
Llevo toda la carrera con el mismo grupo, entre ellos, Pablo, un madrileño afincado en Los Ángeles y Dominique, una chica sudafricana a la que sólo le queda Chicago para completar sus «6 estrellas». Grupo ultra educado, bien formado, siguiendo nuestros pasos y en plena concentración.

De la misma manera que mantengo que Berlín y sus avituallamientos son una pareja caótica, diré que la perfección existe y está en Chicago de nuevo. 150 metros para cada punto de refresco a cada lado, con voluntarios formados con un sobresaliente.

Kilómetro 28, todo esta saliendo como llevaba soñando meses. Punto anecdótico del maratón en donde Verdeliss me adelanta por la izquierda, reconozco sus zancadas por haberlas visto no hacía mucho tiempo en los 100k de Santander y la pego una voz de ánimo. Ella, sin dudarlo, frena un poco, saca su móvil y graba. Me digo, -yo también quiero mi video-, e inmortalizo el momento.

Llegamos a Chinatown, una de las zonas más curiosas (para mí) por donde se corre, el ambiente es mágico también, al fondo se ve todo Downtown, se intuye la meta cuando ya se conoce el recorrido. Sigo mirando el crono a cada kilómetro y a cada milla, y hasta casi me sorprendo por la exactitud de los parciales. Tras dar media vuelta en Douglas, comienza la larga recta que nos lleva directos a la zona de meta. El clÍmax se apodera de todos los asistentes, llevándonos en volandas por la calle. Giro a la derecha y un pequeño falso llano para llegar a meta y así parar el crono en unas precisas y exactas 3h04’55» tiempo oficial.

Algunos de los datos interesantes:

  • Pasos teóricos y pasos reales de:
    • 5k: 21:55 – 21:52 ( 3 segundos)
    • 10k: 43:50 – 43:43 (7 segundos)
    • 21’097k: 1:32:30 – 1:32:25 (5 segundos)
    • 30k: 2:11:30 – 2:11:27 (3 segundos)
    • 40k: 2:55:20 – 2:55:12 (8 segundos)
    • 42’195k: 3:05:00 – 3:04:55 (5 segundos)
  • 22º maratón del año.
  • 79º maratón en total
  • 3er Major como pacer (5º Major total)

Tras mi llegada, fotos y agradecimientos en un momento mágico para mí por estar donde estaba, y haberlo hecho como lo hice. De nuevo voy a la carpa a recoger mis cosas, y a buscar a Saioa. Hotel, y turismo medallero tanto el domingo por la tarde como el lunes por la mañana.

Muchas gracias a Maite y LevelUpSuplementación, a Carlos con Absotec como patrocinador principal (en búsqueda activa), a todos los seguís fin de semana tras fin de semana mis eventos sean donde sean, y que con un simple mensaje plasmáis vuestra felicitaciones, gracias a Paul y Julia, gracias a todos los que confiasteis en mi experiencia como liebre para dejaros llevar en mmi baile chicaguense, y enhorabuena a todos y todas (en especial a Saioa y a mi grupo), porque LOS SUEÑOS SÓLO ESTÁN PARA CUMPLIRLOS !!!

Próximo evento MARATON DE LIUBLIANA como PACER 3H

SALUD & KMS