LO VOLVÍ A HACER !!!

Lo volví a hacer!!! 73.3k del Trippelen de Oslo. Un ultra en la capital noruega que consiste en correr un maratón, una media maratón y un diez mil, seguidos, con una hora de descanso entre unos y otros. Al igual que el año pasado, unos meses antes me planteo la idea de volver a tierras vikingas.

La primera parte del año, había sido muy intensa, seguramente demasiado, con un total de 10 maratones a lo largo y ancho del mundo (Zúrich, Miami, Malta, Bolonia, Roma, Bratislava, Londres, Helsinki, Luxemburgo y Caen) cuatro de ellos competitivos, y para cerrar el primer semestre de eventos con el ultrafondo de las 6 Ore di Roma en donde me vacié por completo (véanse en las crónicas). Mi última visita a Roma pondría el punto y seguido a este maravilloso año, no sin antes hacer mi cuarto Camino de Santiago completo en bicicleta; esta vez, Valladolid- Santiago de Compostela-Ferrol por el Camino Sanabrés, 700kms con 9000m de desnivel en 5 días. Era momento pues, de descansar a base de rodajes y un buen mantenimiento durante el mes de agosto, para, en septiembre empezar a preparar el maratón de Oslo. Evento que no dudo en repetir por el trato recibido en 2022. Digo sólo maratón, porque aunque mi intención desde el primer momento era correr las 3 distancias, no quería competir como lo hice el año pasado. Hay una clara explicación, y es que junto este 42k, vendrán otros nueve más, cinco de ellos en los cinco domingos del mes de octubre, antes de que acabe el año. Aunque me cuesta coger los ritmos que llevaba en el mes de julio, en poco tiempo me pongo a tono, pero a falta de 10 días, un accidente laboral, daña mi ojo izquierdo y el tratamiento a base de antibióticos y cortisona merman un poco la calidad de mis entrenamientos.

El viaje será, al contrario que el año pasado, exprés y sin apenas turismo, pues ya lo hice el año pasado y tengo la invitación de una gran amiga a su casa a 60kms de la ciudad. Llegamos (Pacita, Saioa y yo) el viernes para ir directamente a la Expo, Andrea, que también será pacer nos espera en el aeropuerto para encontrarnos con otro buen amigo de la zona; Andreas, nos recoge y nos acerca a la ciudad.

La Expo, más de lo mismo del año pasado, triste y sin apenas stands, hacen que recojamos nuestros dorsales rápidamente y si apenas entretenernos. Recojo el material de marcapasos y directos a comer con los amigos.

El día O ha llegado. Como en todos los maratones escandinavos, se corre en sábado. La temperatura es agradable y aunque amenaza lluvia, nos respeta bastante. Habiendo hecho las fotos de rigor, me pongo en línea de salida. Primera fila para ese «yonki del running» que disfruta en cada metro del recorrido. Éste lo conozco bien. A la hora prevista, una cuenta atrás a ritmo de los latidos del corazón a gran volumen me hace emprender mi maratón número 48. Salida rápida y sin atropellos. Primer parcial 20 segundos por encima del ritmo de carrera. La estrategia es clara ya que el gran desnivel acumulado en cada vuelta harán sumar un total de casi 600 metros durante mis 3 horas restantes. Ya en el segundo kilómetro nos ponemos a ritmo, y en el tercero, primera subida. Paso del km5 con 30 segundos de ventaja, y ahí me presento al grupo. Silencioso y educado de principio a fin. En él, entre otros conocidos están mi fiel amigo Marc, compañero de baile de tantos maratones, Oliver, londinense que conocí en Malta y Masaru, japonés con el que he compartido varios maratones europeos. El recorrido es tan bonito como duro, recorriendo el boulevard por el pk13, y atravesando frondosas arboladas en bonitos parques como es el de The Vigeland Park. El grupo sigue siendo grande, nadie se ha descolgado al paso de la primera vuelta (1h29’20») pese a la gran cuesta que hay desde el kilómetro 17 al 18. Saioa me avitualla como habíamos predicho con la suplementación de LevelUpSupementación, que llevo estudiada desde casa. La segunda media maratón se me hace más llevadera. Parte del grupo toma la decisión a partir del pk28 de adelantarme. Estos noruegos corren mucho. En cuando a los avituallamientos de evento, pues he de decir que siguen siendo igual de pequeños y mal organizados que el año pasado, y eso entorpece mucho esos momentos, pero recuperamos pronto esos segundos invertidos en beber de los vasos medio vacíos que nos aportan los voluntarios. Al igual que el año pasado, problemas con los hitos en los últimos parciales, lo que hace apretar bastante para entrar en tiempo. Finalmente 3h00’19» de tiempo oficial.

Toca descansar una hora tras colgarme la bonita medalla para enfrentarme a la media maratón. Ese poco tiempo de recuperación hacen que se enfríen mis músculos y cueste aún más arrancar. La táctica es clara: disfrutar. Como decía antes, mi trabajo como pacer ya estaba hecho dentro de lo acordado, y era momento de metro tras metro, estar más cerca de la ansiada medalla finisher de los 73.3k. Estos 21.1k, se me estaban atragantando un poco; ver las cuestas desde abajo te desmoralizan cuando ya llevas más de 42k recorridos, pero con la mirada abajo y pasitos cortos, se conquista cualquier muro. Tiempo final de la media maratón en 1h41’42», que no está nada mal teniendo en cuenta que la segunda subida la subí prácticamente andando.

Un nuevo descanso de una hora para comenzar el 10000 me ponen contra las cuerdas. No sólo las piernas sino el cuerpo entero empieza a temblar. El frío se apodera de mí y no logro controlarlo. En nuestra zona me hago con una manta para entrar en calor, o al menos no tener más frío. Ya desde el comienzo de la media maratón estoy en tirantes, pero ahora me he puesto manguitos para apaciguar un poco esa bajada de temperatura, que sumado a la fina lluvia, inmovilizan mi cuerpo. A las 16:30 comienza mi última ronda.

Espero a la última oleada para aprovecharme de esa manta. Al salir desde ese cajón, me encuentro que todos los corredores y corredoras, con todos mis respetos, van a un paso súper lento, casi andando, y eso hace que mi carrera sea más bien un slalom. Quizá esto me hace mantener el cuerpo a temperatura optima, pero en cada paso, el impacto tras mas de 65km se hace una tortura. Agradecer que no hay desnivel por fin, pero no habría importado dadas las circunstancias. Casi de repente, y después de 51’19», cruzo la última línea de meta. 10k finalizado y con él, el Trippelen de Oslo; mi segundo Tripplen de Oslo consecutivo justo un año menos un día después con distinto resultado pero misma, o incluso más emoción. Emoción de volver a ser por un día ultramaratoniano, y ya van 6. Como dato, puesto 16 de la general y 2º de mi categoría, entrando casi 20 minutos más tarde que el año pasado.

Tras colgarme Saioa la maravillosa medalla, y llorar de felicidad, poco a poco nos vamos al post-carrera. Un post-carrera rodeado de amigos, de amigos corredores, amigos corredores que comparten tu mismo vicio y que muy importante, comparten tus alegrías.

Muchas gracias a Tim por confiar en mi para desempeñar mi 27º maraton como pacer, gracias a todos y cada uno de los que me hicieron el viaje más cómodo, gracias a Raquel y Roberto por su enorme corazón al abrirme las puertas de su casa, gracias a mis acompañantes por confiar en mí cuando les lié para correr en Oslo, gracias a Absotec por la siempre presencia, gracias a Mayte por la gestión de la suplementación, y cómo no, gracias a Saioa por el apoyo logístico y moral que siempre borda.

Próximo evento: pacer 2h en los 30k de Ferrara (Italia) a ritmo de 4’/km este 24 de septiembre.

Salud & kms