UN PLAN B DE 10 !!

Como ya decía en la crónica de la semana pasada (Cracovia), mi plan del 21 de abril estaba demasiado abierto. Tras el cambio de fecha del maratón polaco, el tercer domingo de abril tenía que cerrarlo pronto. Las opciones de Londres y Viena no estaban en mis planes y aunque habían muchos más eventos por Europa, no me cuadraban ninguno, pero hice memoria de las invitaciones que me salen de vez en cuando. Pádova tarde o temprano lo iba a hacer y, por qué no este año ?!
Marica (nombre italiano), me invitó en octubre, cuando corrí el maratón de Venecia. Ella es la coordinadora en las dos ciudades vecinas y mi presencia sólo sería cuestión de tiempo. A falta de escasas 3 semanas le confirmé mi presencia.

Tras hacer noche el viernes en Madrid, prendo un vuelo a primerísima hora de la mañana (6:05) para ir hasta Bolonia. Además del buen precio del vuelo (19€), mi gran amigo Stefano me espera por allí. Según llegamos a su casa a eso de las nueve y poco de la mañana, nos salimos por los aledaños de Solarolo para hacer la típica activación de 5k. Ducha, y dos horas de coche con toda la familia hasta Padua. Nos vamos directos a la Expo.

La Expo, situada en la plaza mas grande que he visto en mi vida – Prato della Valle, es más bien pequeña, aunque no le falta de nada. Afuera, comida y bebida para todos, y en la carpa montada para la ocasión, bastantes stands de medias maratones, productos de suplementación, y ropa deportiva. Nuestra presentación oficial es a las 14:30, y después de haber saludado, abrazado y besado a todos los buenos amigos que estaban por allí, recojo mi dorsal con algún que otro detalle por parte de la organización. Muchísimas gracias. Micrófono en mano, uno a uno, Marica nos va presentando, y…» LA PADOVA MARATHON HA UN PACER INTERNAZIONALE DALLA SPAGNA, JAMIE GUTIÉRREZ». Mi momento. Los aplausos hacen eco en la zona de conferencias del evento y obviamente me sacan una buena sonrisa de protagonismo.

Acabado nuestro paseíllo, briefing. Un briefing con varios detalles que iban a marcar lo que para mí ha sido este evento. Por un lado, tiempo se mediría en tiempo bruto, lo que significa que con el disparo del start, deberíamos iniciar nuestros relojes. Bien es cierto que eso a mi no me limita ya que al estar siempre delante del todo, quizá sólo me iba a penalizar uno o dos segundos, pero para los demás la cosa cambiaba. El motivo oficial es según el reglamento italiano, si no hay más de 3000 corredores, el tiempo siempre es bruto y no neto. Y por otro lado, la coordinadora quedó bien claro que deberíamos hacer obligatoriamente caso en todo momento de lo que nos dijera el «capo pacer» del grupo, que en esta ocasión no era yo (quizá me había acostumbrado a ello). Luigi, Leo, Stefano y un servidor llevaríamos a las 3h a los soñadores con ese tiempo.

Tras el acto, turismo enriquecedor por Padua y a descansar. Una cuidad maravillosa, a la cual volveré sin duda alguna, pues su arquitectura, plazas y calles y callejones me han enamorado. ¿Será Padua o será Italia?

El día P ha llegado. Otro domingo más de madrugón. A las 6:45 tenemos que estar en la plaza donde estaba la feria, y en la que estará la meta, impresionante llegada. Allí, las navetas nos llevan a la salida; o sea, el recorrido no es circular. Todos los corredores de los 42k esperamos allí, y alguno que otro me para para saludarme e intercambiar conversaciones; la mayoría de ellas, sobre los 100k de Passatore.

Una vez llegados al destino, los anexos al Estadio Euganeo, todos los pacers nos metemos en el «Palaindoor de Padova», lugar perfecto para ponernos nuestros trajes de gala. Nos colocamos los globos al más puro estilo italiano, foto oficial, y cada uno a su cajón de salida. A la hora exacta, las 8:30, salimos.

Como decía antes, tenemos que ir al paso del capo pacer, que en este caso es Luigi. Primer kilómetro perfecto, segundo no tanto, tercero tampoco…
Desde el primer metro, un corredor con una trenza larga, y con una mochila de hidratación nos anima a ritmo del mejor rock, ACDC, The Offspring, The Police, Bruce Springteen, Metálica … a un buen volumen. Se agradecía. Me presento sobre el km5, como siempre. Seremos al menos 50 corredores en el grupo, y la escuadra italo-española presidimos las 3h. Siempre pendiente del crono, voy comentando que vamos demasiado embalados (5-7 segundos/km), en un maratón que hasta ahora había sido absolutamente llano. El paso del km10 lo pasamos 28 segundos más rápido de la cuenta, y ya empiezo a cabrearme. Intento explicar que así no vamos bien, pero no hay respuesta, por lo que muy a mi pesar, y no atendiendo a la norma de hacer caso al capo, me dejo caer para llevar el ritmo correcto. Estoy con el run run detrás de la oreja, de si lo correcto es lo que he hecho o no, pero realmente pienso en el grupo que se ha roto en el kilómetro 10. Leo, también se deja caer. El recorrido esta siendo precioso. Amplias avenidas con verdes tramos, no demasiada gente animando, pero la que hay, se deja oír bastante.

El grupo me agradece que nos hayamos quedado con ellos, y les digo, que simplemente nosotros vamos a ritmo; exactamente 18 segundos de ventaja. Tras haber pasado por los pueblos de Selvazzano Dentro, Abano Terme, y haber bordeado el bonito Monterosso, sin perder de vista todas las montañas de esta parte del Veneto, continuamos por el curso más corto hasta la meta.

Sin duda el momento de la mañana llega en el kilómetro 30, en donde nos juntamos con los corredores de la media maratón. Mi preocupación de todo lo contado dos párrafos anteriores me estaba eclipsando el disfrute y gozo de otro maratón. Entonces, todo cambia. Empiezo a interactuar con todos los corredores que vamos adelantando. Nuestro paso seguía siendo absolutamente perfecto, parando cada parcial en unos precisos 4’14/km, mientras que los corredores que íbamos adelantando iban a ritmo de 5’45/km. A todos, completamente a todos les di mi ánimo con «DAJE, FORZA, ANDIAMO», y a todos a los que adelantaba a escasos 30 centímetros les chocaba la mano. Un chute tanto para ellos, como para mí. Sólo recuerdo los maratones de Londres y Valencia, cuando corrí con el megáfono pegado a la boca, haber acabado una carrera con tanta afonía. Uno a uno, los últimos 12 kilómetros van descontando y si apenas darnos cuenta ya hemos entrado en la cuidad. Stefano se unió a nosotros en el 33, lo que me hizo sentir muy bien.

2h59’35» tiempo oficial para un maratón muy recomendado por mi parte. Con unos buenos y notables avituallamientos, una muy buena organización, y un fin de semana turístico-deportivo de 10. Realmente, es uno de los maratones más llanos que conozco. No tanto como Berlín, pero más que Sevilla. Respecto a mi trabajo, me siento bien, pienso que he hecho lo que tenía que hacer, y si Marica y Fabio me han felicitado, no hay mucho más que decir.

La meta, increíble en esta maravillosa plaza. Me cuelgan la medalla, que por cierto, por un error me pusieron la de la media maratón y me fui tan contento con ella, hasta que Irene y mi speaker favorito me dijeron que tenía la medalla cambiada. Vuelta para atrás, en donde sin problemas me dan la que me corresponde.

Mis números para Padova son estos:

  • Maratón 68º total
  • Maratón 11º del 2024
  • Maratón 18º en Italia total
  • Maratón 6º en Italia en 2024
  • Maratón 39º como pacer

Muchísimas gracias a Marica y Fabio por volver a confiar en mí para este bonito trabajo, a Stefano, Giada y Calíope por este fin de semana tan perfecto a vuestro lado, a los amigos pacers con los que coincidí en Padua, a los que siempre están pendientes de mis eventos desde otros lugares del mundo, a Absotec como patrocinador principal (sigo en búsqueda activa) y a LevelUpSuplementación por la gestión en carrera

Próximo evento maratoniano: de Lòdz (Polonia) el 28 de Abril, el cuarto maratón en cuatro semanas consecutivas de los siete que haré como preparación de los 100k de Pasattore.

Larga vida al pacer !!!

SALID & KMS