EL CIERRE DE CALENDARIO PERFECTO.
Quinto año consecutivo en Pisa dan qué decir. Simplemente es por una sola razón: el cariño que tengo a esta ciudad es comparable con el de muy pocas, y es que en Pisa 2019 corrí por primera vez como pacer en un evento italiano. Han pasado ya unos años, y algunos aspectos han cambiado; me refiero a la gestión en la coordinación de marcapasos, pero eso es otro tema.
Probablemente el maratón de Pisa no es el mejor maratón de Italia, ni el más animado, ni el más perfectamente organizado, pero sin duda, tiene la zona de meta entre las mas maravillosas del mundo: la mismísima Piazza del Miracle.
Era fijo en Pisa y con Fede a la cabeza no iba a cambiar el tema. Pisa, para mí, además de ser lo que ya he comentado, es el cierre perfecto a un año extraordinariamente cargado de maratones, con un total de 30.
Un buen control con los vuelos a la ciudad de la Torre Inclinada, me hizo comprar en el momento justo los billetes de avión, yendo el viernes por la tarde y volviendo el domingo, sin alterar demasiado mi calendario laboral por poco más de 70€ ida y vuelta. Según llego a Pisa, en torno a las 18:30, caminata hasta el apartamento y paseo nocturno por la emblemática plaza.
En Pisa, en referencia al grupo de pacers, nos juntamos amigos que son más que amigos, compañeros de menester no remunerado de distintos puntos de la geografía europea y eso siempre es un plus a nuestro favor.
La mañana del sábado la empleo para volver por tercera vez a la preciosa localidad de Lucca, y mi buena amiga neerlandesa Arjanne, me acompaña confiando en mis dotes de guía. Una bonita mañana para volver a Pisa al medio día y así asistir a la reunión que tenemos para los últimos apuntes, justo después de haber recogido mi pectoral en la inexistente Expo.
Ya están Julia y Shane en la ciudad, y Daiga llegará pronto. Compartimos apartamento a sólo 10 minutos de la plaza, pero antes de ir a descansar, tenemos cena familiar variada: Estados Unidos, Países Bajos, Italia, Letonia y España.
El día P ha llegado. Hay que madrugar para ponernos los globos atados a nuestras camisetas de tirantes. La mañana es bastante fresca (3°C), el cielo está completamente despejado, y se prevé una jornada expendida. No fue así. Tras las tareas previas a las faldas de la muralla, y con nuestros atuendos en orden, dejo la mochila y me voy hacia la zona de salida tras la foto oficial.
Mi madre y mi hermano, que de nuevo me acompañan en el viaje, están al caer. Una vez ellos allí, miro a mi gran amigo Stefano, el speaker, y le hago la señal de que cuando quiera, soy todo suyo para la entrevista anual en Pisa previa al maratón. En mi salsa.
Las 9 llegan, y con ellas, el comienzo de la carrera con la obligatoria canción de Maria Carey «All I Want for Christmas Is You». 4000 corredores con un mismo final, 1000 más que el año pasado, lo que da por hecho que hay un buen trabajo de marketing detrás.
Salida perfecta. Sin cruces ni atropellos, en perfecta armonía. Fede me nombró capo pacer y mi trabajo se acentúa además de dirigir el grupo de corredores, en hacerlo también con mis dos compañeros. Por un lado Robin, con quién coincidí en abril en Milán y por el otro, un grandísimo amigo, Pepe Minicci, con quien ya no sé las veces que hemos bailado juntos.
El recorrido es el mismo de siempre, es solitario respecto a espectadores, pero este año se ha formado el grupo más grande de todos. Primeros kilómetros por la ciudad, manteniendo el ritmo constante, en todo momento, teniendo en cuenta los pequeños repechos y bajadas para salvar los puentes del río Arno.
En el mismo momento de salir de la ciudad, el sol desaparece sobre la espesa niebla. El frío se hace notar. Obviamente cualquier frío comparándolo con lo pasado en Reggio Emilia el domingo anterior es como correr en Málaga, pero se notaba bastante. Había sido bastante precavido, y bajo mi camiseta de pacer, me había puesto una térmica de manga corta más los manguitos y guantes para la ocasión. Para mí, sinceramente un acierto. Hemos salido ya de la ciudad, y nos dirigimos al Mediterráneo. Antes, sobre el kilómetro 13, los corredores de la media maratón se desvían y toman la parte derecha de la carretera para completar su distancia. Los demás seguimos de frente. Miro hacia detrás para ver el grupo y me emociono al instante, grande y con buenos espacios entre cada corredor me hizo pensar que se habían leído la crónica del maratón de Valencia del pasado 1 de diciembre…pero no. El grupo era perfecto y punto.
Vamos en torno a 2 segundos por encima del ritmo teórico en cada kilómetro, y es que la noche previa, me había preocupado de ver la previsión del tiempo; no sólo de temperatura, sino del viento. No iba a haber aire, pero comenzaría a soplar un poquito en contra a nuestra mitad de carrera, por lo que según mis cálculos y mi conocimiento del circuito, además de tener en cuenta la altimetría de los últimos 12 kilómetros, debíamos de llegar al paso de la media maratón en torno a 40 segundos de ventaja. Así lo hicimos.
Curva a la derecha y nos despedimos del mar. Comienza el maratón. Algunos se han dejado caer un poco, y yo lo hago con ellos. Me pongo en la cola del grupo para meterlos con nosotros.
Ya no peleamos en los avituallamientos por el agua. Algunos siguen erróneamente colocados en curvas y desafortunadamente para todos, sólo son de una mesa y muy mal organizados. Un punto que no mejora año tras año.
La niebla ya se ha ido, y el sol brilla me manera radiante con una temperatura perfecta para lo que estamos haciendo. En torno a 8 grados nos acompañan en nuestra peregrinación hacia La Torre. Robin y Pepe siguen en cabeza y yo me alejo un poco durante los últimos kilómetros para no perder a nadie. Entramos en la ciudad y algún que otro espectador nos aplaude a nuestro paso. Tras callejear un poco, último kilómetro. La Torre nos saluda, y con ese último giro a la izquierda entramos en famosa La Plaza. El tridente italo-español nos cogemos de las manos y cruzamos la meta en unas perfectas 2h59’38»
- 5º Pisa en mi haber
- 22º maratón italiano
- 49º maratón como pacer.
- 30º maratón del año
- 87º maratón en total
Tras colgarme Irene la bonita medalla conmemorando la 25º edición del evento, doy por finalizado mi glorioso año, en el que haré un resumen en unos días.
Pisa sin dudarlo es el broche perfecto para cerrar el año maratoniano. 100% recomendado
Próximo evento maratoniano, el primer maratón del año en todo el mundo; de nuevo correré el Neujharsmarathon en Zúrich el 01.01.2025 a las 00:00:01. Tendrá el 2025 tantos maratones como el 2024 ?!?! De momento empezaremos igual !!!
Salud & kms