Si es que no sé decir que no!!
En el viaje a Líbano el pasado 13 de noviembre cuando corrí en Beirut, me ofrecieron ser liebre del evento maratoniano más grande e importante de España: VALENCIA.
El único maratón en España PLATINUM LABEL!! Sólo un puñado de maratones por el mundo (11) poseen esta distinción que acreditan a las que reúnen unas exigentes condiciones tanto deportivas como organizativas.
Con alguna duda sobre mi participación como «práctico» (en algunas partes de España nos llaman así), a causa del «time it» que tendría la organización para que la entrega del materia se me efectuara en tiempo, finalmente todo fluye y no hay problemas. Este material consta de camiseta de tirantes, pantalón y zapatillas, todo proporcionado por New Balance. Material obligatorio para llevar consigo el día de la carrera. Primera y (seguramente) última vez que estreno zapatillas en un maratón, aunque hoy, ya habiendo corrido, puedo asegurar que la recuperación con las NB Fuelcell Reevel V3, es tan rápida como con mis Nike Alphafly con las que suelo correr esta distancia, aunque los dedos estén aún más doloridos de lo que ya estaban, ya que entre otras cosas, sólo hacía una semana de haber corrido el maratón en la maravillosa Florencia.
Mi viaje comienza por motivos laborales el sábado por la mañana, justo después de haber hecho la activación típica de 20′ por mi Valladolid a escasos – 3 grados. El viaje, es muy ameno, ya que acompaño a dos grandes tipos a su baile valenciano; en coche hasta Madrid y después en tren hasta la capital de Turia.
Lo primero, Expo, no hay tiempo para más.
Comienza lo que pensaba que iba a ser el «País de las Maravillas»!! Pero no!!
Pasamos el arco de bienvenida, y nos ponen la pulsera que nos dará acceso a la Paella Party, recogida de dorsal, y acceso a nuestros cajones de salida el domingo. Acto seguido, efectivamente, recojo mi pectoral y directo a comer. Plato de paella, Coca-Cola, pan y una naranja. Súper-bueno todo. Es momento de deleitarme con stands y más stands de otros eventos maratonianos…pero no. Ropa deportiva y más ropa deportiva, nutrición, complementos, seguros, varios fotocool’s, y…dónde están las promociones de otros maratones?! Cinco!! Exactamente 5 stands ofertando maratones de asfalto (Ibiza, Murcia, Madrid, México y Atenas). Menudo chasco que me he llevado, aunque la caña, la he tirado. 🙂
Una vez hecho el largo paseillo por la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que es donde se sita todo el complejo de la Feria de corredor, donde han de pasar al menos 30000 runners (más acompañantes), hago un poco turismo por la zona y directo a descansar.
El día V ya ha llegado, y con él, el día que me pondré en línea de salida de mi 36° maratón, 14° de este año. Me despierto a las 6 de la mañana para desayunar y aviarme. Como siempre, dos horas antes del pistoletazo. Son las 7 de la mañana, y ya estoy cerca del complejo de Calatrava. Se respira ambientazo, pero también dudas. Alguna que otra confusión a la hora de encontrar la entrada en los cajones así como de ir a dejar los enseres al guardarropas. Nada caótico. Supongo que los nervios hacen mella cuando te vas a poner a correr en el MARATÓN DE MARATONES.
Vuelo a bailar de nuevo con mi querido amigo y compañero Marc. Salimos desde la segunda oleada; uno a cada lado del puente que alberga una autentica marea de corredores. Suena «Libre» de Nino Bravo, y comienza la fiesta. Son exactamente las 8:25 de la mañana y varios cientos de personas buscan la gloria que se llama «sub2h50″. Ahí estamos de nuevo el barcelonés y el pucelano para llevar en volandas a quienes así lo hayan entrenado. Valencia es la planitud perfecta, por lo que no hay estrategia que valga. Hacer una carrera homogénea es nuestro trabajo y así fue. Nuestro ritmo: 4’/km. Paso del 5000 en 19’57», del 10000 en 40’08, media maratón 1h24’53″… put s relojes suizos. Vuelvo un poco para atrás, y comentaré que el ambiente que la organización pone es brutal. Un sinfín de batucadas que no dejan ni un sólo segundo de hacer retumbar la cuidad como si en plenas Fallas estuviéramos. Impresionante. También algún que otro grupo de música rock y varios dj’s con música electrónica animan el recorrido.
Un servidor, como de costumbre, hace que los espectadores se metan dentro del evento animando a los corredores aunque no sean sus familiares ni amigos; esta vez desde el primer kilómetro. Ayudo en cada uno de los largos y perfectos avituallamientos a repartir agua a mi grupo, grande de principio a fin, con voluntarios muy experimentados, o al menos con unas directrices bien forjadas; incluso me permito el lujo de agarrar un paquete de 24 botellas, correr con él por el medio de la calle, mientras voy dando una a una, a mis seguidores.
Seguimos con la sensación de ir bajando, y es que además de lo ya mencionado, en esta 42º edición, la temperatura y humedad son perfectas. Absolutamente perfectas.
Allá por el pk28 hablo con Marc y me descuelgo un poco de él, ya que es tan grande el grupo que llevamos, que no quiero que nadie se agobie porque estuviéramos a escasos 80 metros, por lo que freno y me pongo a mismo ritmo que antes, pero a 100 metros de mi compañero. Indico que a mi vera entrarán exactos, y que delante restarán unos 24 segundos al tiempo que marcan nuestras ondeantes velas. El grupo no decae apenas, los kilómetros pesan y ahí vuelve a estar ese tipo de Valladolid para llevarlos en volandas sin que lo noten demasiado. Empiezo a mirar las caras de mis chicos y chicas, y animo ya en el 38, a que suban un poco el ritmo para coger al grupo de Marc. Estoy tan perfectamente a gusto con mi grupo y la intención de meterlos a todos en tiempo es tal, que no me doy cuenta de que en los dos últimos maratones que el catalán y yo hemos bailado juntos (Venecia y Beirut), nuestras fotos-finish había sido idénticas: manos juntas en alto y sonrisa intacta por el buen trabajo; y quería que todas fueran así, pero Valencia merecía acompañar a todos sin cambio de ritmo hasta el final. Un final que es una de las metas más bonitas que personalmente haya cruzado: 200 metros de pasarela sobre el estanque del complejo de la Cuidad de las Artes y las Ciencias, abarrotada de gente animando a todos y cada uno de quienes estaban a escasos segundos de su sueño. Ese sueño por el que han estado entrenando durante meses y que esos dos tipos con una mochila y una vela en su espalda, han sacrificado su carrera por ayudar a los demás.
Pero cómo no voy a querer ser liebre en Valencia?! Si es que no sé decir que no !!
En rasgos generales el MARATÓN DE MARATONES, hace referencia al lema. En un evento que concentra tal magnitud de corredores, un pequeño fallo se convierte también en grande. Feria de corredor con «grandes espacios libres» y acceso a los corrales y guardarropas un poco confuso. Todo lo demás, bajo mi criterio y mi experiencia a falta de una palabra: PERFECTO. Voluntarios con gran experiencia en todos los puntos; desde recogida del dorsal, como Paella Party, avituallamientos líquidos y sólidos, infraestructuras, señalización, animación…y por supuesto el gran equipo de prácticos con una coordinación excelente.
Tiempo oficial en mi maratón número 36 (en 5 años) 2h50’06»
Próximo evento maratoniano: Maratón de Pisa como pacer 3h, este próximo 18 de diciembre.
Salud & kms