Sin duda alguna, catalogo al maratón de Pola de Laviana como el más duro hasta ahora; y ya son 29. Veintinueve veces que me he presentado en línea de salida, y veintinueve las que he cruzado la ansiada línea de meta. Con ésta, cuatro de ellas en primer lugar. 
Mi preparación personal para enfrentarme al ultrafondo de las 6 horas de Roma, se basaron desde el principio en hacer 3 maratones en un mes; pues bien, después de correr el pasado 5 de junio en Biarritz, Pola de Laviana era la segunda parada.  Enormes complicaciones en mi trabajo iban a hacer que me plantara en la villa asturiana sin dormir, sin descansar y con mucho estrés. Situación: el viernes trabajé de noche, me metí en la cama a las 8 de la mañana, dormí 3 horas, comí y viaje de 3 horas a Pola, 1 hora para coger dorsal y prepararme, correr el maratón, y volver a Valladolid para entrar a trabajar a las 23h. Físicamente fue muy duro, pero mentalmente, devastador. La falta de sueño y los nervios dieron cuenta de lo importante que es el descanso y, pasó lo que pasó. Laviana me dio la bienvenida a lo grande, y yo sinceramente la saludé agotado.
Mi amigo Héctor, el incombustible Héctor Moro puso en marcha un sueño: crear un maratón en su pueblo. Qué amante de la distancia no ha soñado eso?! Su enorme experiencia le delata y desde el principio ha ofrecido en el evento lo que él sabe que tiene que ofrecer. Un diez por él, joder!!
Mis 13 días entre Biarritz y Laviana fueron sencillos: rodajes muy cortos y cómodos, con una tiradilla de 22k algo más alegre. Suficiente para no desgastar la máquina, ya que es lo último que necesito. De nuevo, sé que la segunda parte de las tres, ha de ser un rodaje a ritmo, pero también sé, que al ponerme el dorsal «no conozco» y no pregunto. – Bien es cierto, que ha sido el primer maratón que corro por la tarde y el miedo por la alimentación ha estado presente durante mucho tiempo. Comer 5 horas antes un plato de pasta fue una buena opción.- Colocados en la línea de salida, suena la cuenta atrás y ya no hay opción a cambiar de estrategia. Queda atrás ese rodaje y entra en marcha el modo competición. Salgo como un potro desbocado. Primer km en 3’09, primeros 10k en 36’10», la temperatura es de 24 grados, la humedad del 95% y las rachas de viento golpean a 32km/h. 
El circuito de 10’5km al que obviamente daremos 4 vueltas es más bien llano, sin mucha complicación, de terreno arenoso en casi su totalidad, grava dura, zahorra y camino asfaltado nos acompañarán durante los maravillosos 42km y pico. Cuando resuelvo airoso la primera vuelta, en solitario, y con gran ventaja sobre el segundo, me doy cuenta que me he liado la manta a la cabeza. Las condiciones climatológicas no son las mejores para mí, y voy a petar, por lo que reduzco considerablemente el ritmo en la segunda vuelta para parar el crono de la media maratón en 1h19’36». Los avituallamientos los estreno yo, y no falta agua. Tomo mi primer gel en el km 10 ya que sé que hoy me harán falta (nunca los tomo) y desafortunadamente está malo. Lo vomito. Bebo isotónico y lo vomito. Sólo me sienta bien el agua, y aunque insisto con los geles que me ofrecen desde la organización, vuele a suceder una y otra vez. Mi tercera vuelta la veo dura, pero oteo a lo lejos una fila enorme de corredores de la media maratón, agacho la mirada y acelero ritmo durante 3 kilómetros para adelantarlos. Ese factor siempre me ha gustado.  Pienso que ésto, hizo a mi perseguidor venirse un poco abajo y de nuevo vuelvo a agrandar mi ventaja. El recorrió, a través de ambos lados del río Nalón es maravilloso, e invita a contemplar todo el entorno. Los espectadores, pocos, pero animan a todos los corredores. Yo, personalmente he tenido unos animadores de sobresaliente, mis compañeros Álvaro y Kevin han hecho, bandera en la espalda, que cada vez que nos encontráramos, sacara fuerza de donde cada vez había menos.  Mil gracias, amigos!!!!
En la cuarta vuelta, me (nos) cayó el mismísimo diluvio universal, y su km 30 que lo paso en 1h56, las fuerzas ya son escasas, aunque no es hasta el 40, cuando un servidor colapsa por deshidratación. Da igual lo que beba, que cada 100 metros necesito agua. Quizá, si hubiera parado, no lo hubiera pasado tan mal, pero el segundo clasificado me tiene cerca, como a 300m. Los chicos de la organización que me acompañan desde el principio (cabeza de carrera) me van ayudando con el «minuto y resultado» y reconozco que en ocasiones me ayudaba, y en otras pensaba en rendirme…pero un tipo de Valladolid, un tipo de Alcazarén, ¡no se rinde!, por ello que, aguanto pasito a pasito, zancada a zancada hasta la recta final, en donde el speaker grita mi nombre y mi pueblo, me anima y da aliento hasta que una vez cruzada la línea de meta en primer lugar con un tiempo oficial de 2h44’14», doy el abrazo que se merece el creador de este maratón: Don Héctor Moro.

Nadie me dijo que ser maratoniano fuera fácil, pero sí que me haría feliz…nunca creí que tanto. 
Próxima parada, 3 de julio en el maratón en pista de Jaén. 
Salud & kms
Una vez más, gracias a quienes me echan una mano, Juan Madrigal con wwww.msf360.com (soluciones financieras), AEGC (Asociación Español de Guardias Civiles), Ayuntamientos de Pedrajas de San Esteban con su marca PIÑÓN DE ESPAÑA, y de Alcazarén.