Hace unos meses que empiezo a creerme lo que hago. Un corredor popular (con buenos tiempos), con buena genética pero, sobretodo apasionado del running y más concretamente del maratón. La oportunidad de engrandecer mi currículo como pacer 3h en otra ciudad europea me iba a ayudar en mi proyecto, pero a falta de 45 días me enteré que además del maratón, habría oportunidad de correr su trippelen, a lo que yo castellananizo desde el primer momento y lo llamo TRIPLE. Esta disciplina suena muy loca: maratón + media maratón + 10k seguidos. Yo, tan yonki como de costumbre, no lo dudé; me propongo ese reto personal de: marcar el maratón como liebre 3h sin oportunidad de fallar (como hasta ahora) y adentrarme en dar todo lo que me quede en las otras dos distancias con apenas una hora de descanso entre ellas. 

La feria de corredor, sita en la misma plaza del ayuntamiento, donde se tomarán las salidas de todas las disciplinas, es más bien pequeña, aunque lo suficiente como para albergar a los 13000 corredores que se pondrán uno de los 3 dorsales (o los tres, como yo). Organización perfecta para la recogida del dorsal, con voluntarios bien formados y una bonita sonrisa para cualquier duda. Las mías, eran obvias, necesito dorsales, y material para el sábado. Una vez provisto de todo ello, el día se presenta sencillo: turismo y más turismo.

La carrera de maratón consta de dos vueltas a la bonita ciudad, saliendo desde esa amplia avenida y recorriendo muchos puntos de interés como por ejemplo el parque de las estatuas o el paseo marítimo donde más personas se aglomera para animar a sus gentes. El perfil es complicado para un tipo de Valladolid, pues ya en el kilómetro 3 empiezan las cuestas. Hablo de cuestas, no falsos llanos. Ya me había estudiado bien el recorrido y sabía a ciencia cierta que mi estrategia no podía ser la de ser constante en ritmo, sino ayudar a todos mis seguidores aprovechando los llanos y las bajadas para que no importaran demasiado las pérdidas en los repechos. Por ello, pongo velocidad crucero a ritmo de 4’08 siempre que puedo. Nadie se queja, y eso para mi es muy importante y bueno. Se dejan llevar. Confían en mí. Eso hace sentirme muy realizado y sigo con mi plan. Allá por el pk15, cuando soy sabedor de la subida de 3kms que viene, perdemos en torno a 15 segundos por kms, pero todo va perfecto, pasando la media maratón exactamente en 1h29’03». La segunda vuelta serán más dura para todos e intento calcar la primera. Ahí es cuando mi compañero de menester se acopla a mi lado. Estamos haciendo un gran trabajo y nuestros «hijos» siguen sin rechistar. Los kilómetros van cayendo y la meta se acerca. Esa subida interminable de 3km se repite, obviamente del 36 al 39 y al finalizarla, invito e impulso a los chicos a tirarse sin frenar por una exquisita bajada hasta la meta.

Lo mejor que me puede pasar cuando hago de liebre es entrar sólo, y así fue. Eso indica que todos han cumplido objetivo: las ansiadas sub3h; mi trabajo ha acabado satisfactoriamente. Ya en línea de meta, me agraceden la labor y yo tan contento, como siempre. 2h59’53».

Una vez hechas las fotos de rigor, haberme colgado la maravillosa medalla, marcho a mi zona de descanso para cambiarme el dorsal y la camiseta para así ponerme de nuevo en línea de salida para correr la media maratón. Me doy cuenta que entre unas cosas y otras, sólo tengo 20 minutos para concentrarme en lo que viene: otra vuelta más a las dos ya dadas. Iba a ser duro y así fue. Primeros dos kilómetros a lo loco, ritmo de 3’28, pero me doy cuenta, que aunque me cambié las zapatillas, a las voladoras, mi cuerpo no estaba para hacer grandes esfuerzos (los hice). Tengo la gran ventaja que el recorrido ya me lo sé de «pe a pa» , y me ayuda a controlar ritmo cardíaco y no petar. Finalmente, tras muchísimo sufrimiento acabo en 1h30’08, algo sobrehumano teniendo en cuenta que hacia dos horas y media había corrido un maratón en 3h. ¿Por qué apreté tanto en la media? Respuesta sencilla: iba octavo en la clasificación absoluta del triple. 

De la misma manera que al acabar los 42, vuelvo a la zona de descanso para como si de un deja vu se tratara, ponerme el dorsal de los 10k, otra camiseta y en una hora correr esos 10000 metros de la muerte. He subido 3 puestos y ahora voy quinto en la absoluta, pero ni mi cabeza, ni mis piernas están para hacer una gran carrera. Suena la cuenta atrás y empiezo a sufrir, mis finas patitas no quieren más, y es que llevan 63.3 kms. Pero la cabeza empuja, saber que mi gente me anima desde casa, que si ya he llegado allí, aunque fuese andando, acabaría la tercera de tres. Salgo a ritmo más bien cómodo, aunque el primer 1000 pita a los 3’50, el segundo, 4 minutos exactos después,  en el tercero, en esa primera subida tengo que echar el freno sin pensarlo. Mis piernas, aunque de mala manera se portan, pero noto un fuerte dolor en el pecho. Me asusto y bajo intensidad hasta el final. Cuando ya solo quedan 4 kms, rompo a llorar. Huelo la victoria. Sí, victoria personal. Victoria de haberme enfrentado a algo muy difícil, enfundado tres dorsales, haber corrido sus tres distancias y haber dado lo mejor de mí disfrutando lo máximo y creando sonrisas. 
Esa exquisita bajada que nombraba antes me llevarían a colgarme las dos últimas medallas: los 10k y el TRIPLETENOSLO. Tiempo 43’14
Tiempo TRIPLETENOSLO 5h13’51» sexto puesto absoluto, primero de categoría (no habiendo podido hacer mi maratón personal) 

Desde el pasado 9/10 de julio que no me enfrentaba a una carrera de esta índole, en las 6 ore di Rome, dónde rompí a las 2h de carrera. Seguramente sobreentrenamiento con esos 3 maratones en un mes y 6 días después el ultra, aunque mucho tuvo que ver la carrera nocturna y el clima. Esta vez, un planning de entrenamiento muy cuidado desde los últimos 45 días han hecho que logre esta hazaña personal. La experiencia es la madre, y ya voy cogiendo una poca. Qué cojones…YA LA TENGO.  Aunque nunca se deja de aprender. Con este maratón ya van 31!!!! 

Tengo y debo dar las gracias a mi querida amiga R. Galetto, mexicana afincada en Oslo desde hace veinte años que me invitó a conocer su ciudad mientras corría sus 42k, a Tim, coordinador de pacers, a Saioa por ser de nuevo un apoyo físico y moral en toda la competición aun corriendo ella también, y por supuesto, a toda mi gente que me ha estado siguiendo por la app o mandado ánimos desde lus casas. De nuevo, gracias, gracias y mil veces gracias!!!! 

Un gran fin de semana por tierras noruegas. 
Salud & kms
Próximo destino maratoniano: CHICAGO