Pisa ya es un clásico para mí. Tras mi primera edición en 2019 y segunda en 2021, vuelvo a las andadas por la ciudad de la famosa Torre Inclinada este año para culminar un extraordinario año de eventos deportivos, cerrándolo con 15 maratones, 12 medias maratones y 2 ultras, a las que hay que añadir alguna que otra carrera populares (como 20).

Una clara razón para volver a Pisa es, sin duda alguna, mis amistades forjadas año tras año, y maratón tras maratón. Est@s italian@s me tienen loco !! El evento en sí, he de reconocer de nuevo, que es demasiado simple. Con salida y meta apoteósica, pero nada más a destacar, pero teniendo en cuenta que el viaje es muy económico y no hay otros eventos maratonianos en toda Europa ese fin de semana.

Mi viaje comienza el viernes muy temprano. Tanto, como que el jueves acabé mi turno laboral a las 23h y comencé una larga noche de autobús nocturno a Madrid, para coger el primer vuelo a Italia a eso de las 6:45. Una vez allí, lo primero, visita por segundo año consecutivo a la bellísima villa de Lucca. Este viaje, lo comparto de nuevo tras Roma y Oslo, con mi gran amiga Saioa que no dudó en su día, en dar una respuesta afirmativa para hacernos compañía mutuamente. Como paralelamente hay una media maratón, no había excusa para ese «sí». Una vez hecho el turismo oportuno en Lucca, es momento de descansar en Pontedera. El sábado es día de activación pre-maratón, y el pueblo en donde se sitúa la factoría de las famosas Vespas, la Piagio, nos da los buenos y frescos días con 20 minutos muy suaves de carrera. El resto de mañana, turismo en la Piazza dei Miracle, con subida a la Torre por primera vez después de cuatro visitas a la ciudad.

Por la tarde, Feria de Corredor, donde me quedo con los reencuentros del momento, porque «Expo» como tal, no sé si realmente se puede llamar. Tres stands muy sencillos corroboran esto. Reunión de pacers y a descansar de nuevo a Pontedera no sin antes cenar con los amigos. Este año, los coordinadores de las liebres, habían querido que fuera el líder del grupo de 4 para llevar una buena gestión de carrera. No podía defraudar!!

Día P. Las seis de la mañana llegan pronto y hay que ir hasta Pisa para preparar todos los globos que nos pondremos para ser reconocidos por los muchos cientos de corredores que se concentran en los 42 y 21k del día. Empieza el ambiente maratoniano con una postal de ensueño, con el Sol apareciendo y clareando la hermosa plaza. Foto oficial y a la salida. Justo antes de esto, guardamos un minuto de silencio por nuestro joven compañero pacer fallecido recientemente. Instantes después, suena la mítica canción de Maria Carey » All I want for Christmas is you» para dar comienzo al que personalmente será mi 37º maratón. Los cuatro bailarines de las 3h nos hacemos con el control del grupo. Andrea, Aldo, Marc y un servidor empezamos a trabajar. Primeros 5 kilómetros dando varios giros por la ciudad, sorteando un par de veces el rio Arno, para enfilar la carretera que nos llevara hasta la costa del Mar Mediterraneo. La temperatura es muy agradable; unos 8 grados, nada que ver con los -4 del año pasado. Los pasos de tiempos son buenos. La primera parte del recorrido es más favorable que el segundo y voy indicando tanto a mis compañeros como a los corredores, todos los detalles de lo que se va acercando. Por desgracia, sigo pensando que los avituallamientos del maratón de Pisa son los peores, con creces, que he visto en un 42k, y a decir verdad, espero que siga siendo así. Muy cortos, mal posicionados, y con voluntarios inexpertos en todos los sentidos. Hay que poner solución a esto ya !!! Una vez dejamos al grupo que nos acompaña de la media maratón allá por el kilómetros 12 o 13, continuamos un grupo de corredores algo más escaso, pero bien formado. Llegamos a la villa de Livorno y Marina di Pisa para continuar por un falso llano de unos 14 kilómetros. El grupo se rompe un poco, y yo me atraso para meterlos en tiempo, una vez hecho esto, me uno a mis compañeros para que nuestros últimos kms sean al compás de un pasodoble. Conozco bien el recorrido, y han de confiar en mí. Lo hacen y todo sale perfecto. Tiempo oficial, 2h59’25» (primer español de nuevo, aunque eso no importa).

Entrada en meta dándonos las manos, brazos en alto, y de nuevo, felicitándonos y siendo felicitados por nuestro buen trabajo. Volveré a Pisa, por supuesto: Volveré a recorrer las calles y carreteras de la Toscana porque me he hecho un hueco allí, pero sobre todo, porque me lo han hecho. Gracias, Gracias, y mil veces gracias por nuestra amistad y querer.

Una vez acabada la prueba, reposición de fuerzas y directos a pasar un par de días en la bella Florencia, que tanto me gustó cuando estuve 20 días atrás, que no dude en volver. Tanto Saioa como yo, nos vamos tan contentos por nuestras buenas actuaciones en esos lares.

Año absolutamente espectacular donde los haya, corriendo en 8 países distintos y 3 continentes. Mejor marca personal en Chicago (2h32’05») y de regalo, primer español en meta, 5º absoluto en el ultra fondo de las 6 ore di Rome, 6º absoluto en el Trippelen de Olso con 73’3km en 5h13’51». Campeón de los maratones de Almagro y La Laviana, subcampeón en Jaén… 10 trabajos como liebre en cada cuál con mejor resultado; liebre de la élite mundial femenina en el maratón de Roma…y el premio más grande de todos: SER PREGONERO DE LAS FIESTAS EN HONOR A SANTIAGO APÓSTOL DE ALCAZARÉN.