Amanecía el día que afrontaba mi séptimo maratón del año, décimo tercero en mi palmarés personal, con un viento fuerte proveniente del Atlántico y con muchísimas ganas de descargar agua. Nos respetó casi al 100%.
Despertador a las 6:15 para lo de siempre; desayunar, pornerme los hábitos, evacuar e ir a la zona de salida.

A las 8 de la mañana, que es cuando llegamos Lino, Carlos, Míriam, mi padre y yo, ya se respiraba un buen ambiente maratoniano, con los Speakers dando datos desde primerísima hora. Al tener dorsal VIP y unas pulseras para mis acompañantes, pudimos entrar en la zona habilitada para nosotros con desayuno y palco para ver la salida, zona de élites…la verdad es que un lujo. A las 8:40 teníamos foto oficial todas las liebres del evento, y así fue. Un muy buen ambiente entre nosotros. A las nueve en punto, tras un himno, se da el pistoletazo de salida, como en estos tipos de eventos sin un segundo de retraso.

Video en el que claramente se nota la impaciencia del momento dando botes sin parar, activándome para lo que me esperaba.

Salida bastante fluida en mi zona, con algún pequeño altercado con corredores lentos en sitios inapropiados. Inicio de carrera más que feo, por la zona de Matosinhos, con escasísima animación, pues el tiempo no acompañaba, la verdad.
En el pk 5 y 11, veo a la familia, un chute de energía que no volvería a aparecer en toda la carrera.

Desde el principio, marco un ritmo alegre, adelantando en 2-3 y 4 segundos el ritmo estimado de carrera de 4’14″/km, pues ni los gps van iguales, ni seremos capaces de llegar con las mismas fuerzas al final de los más de 42kms. Desde el segundo kilómetro, ya tengo a dos corredores al lado que no hacen más que quejarse e incordiar; sus relojes pitaban dando el registro de su último km unos 300 metros antes que los de los demás…y hasta que no lo hacían los nuestros no se callaban. Con mi experiencia, puedo decir de primera persona que estos «corredores» no suelen acabar, y está vez no iba a ser distinto (en el 18 abandonaron). Un tío que se queja de ir ganando 3 segundos por cada paso kilométrico, no puede ser capaz de correr 42. Si vas tan tan tan tan justo, busca otra marca (quizá en otra ciudad más llana)
Tuve varios momentos de darle mi mochila y que hiciera él mi trabajo, pero afortunadamente nos dejaron en paz bastante pronto (antes de lo que yo pensaba).

Al paso del 14, entramos en la parte de la Ribera dirección al puente Don Luis, la parte más bonita del recorrido, vistas a este puente diseñado por Eiffel, y que lo cruzamos para adentrarnos por la parte baja de Vila Nova de Gaia (curiosamente, el pueblo que sostiene el récord del mundo de ser la localidad con más alcohol por habitante). El viento no hacía grandes estragos hasta la media maratón (puente) ya que nos azotaba el culo. Allí iba a empezar el verdadero maratón; calles adoquinadas que te parten los tobillos y rodillas, falsos llanos que desfondan al más preparado, repechos sin encanto que hacen que pienses en lo llana que te vendieron la carrera… Vistas preciosas desde Gaia a Porto que, esta vez, te vuelven a hacer pensar que elegiste este maratón por su enorme belleza.

Una vez retirados estos dos fulanos, mi grupo era de unos 30 corredores, que se irían desprendiendo de mí, a medida que los kilómetros finales – doce con viento en contra – iban pasando.

Este evento a nivel de liebres es curioso, pues ellas, no hacen el maratón entero, sino que uno hace una media, y otro hace la segunda media. No voy a decir más al respecto por respeto a la organización.

Algo que si que voy a criticar a la organización es el defectuoso marcaje de tiempo, ya que se fue inexplicablemente 20 segundos. Mi salida es en el primer segundo de carrera y llegada en el 2h59’59», teniendo un tiempo neto de 3:00’20». No lo entiendo, la verdad.

Otro aspecto a tratar, para mí muy importante, es la nula señalización en el centro de la vía cuando la compartimos en los dos sentidos. Cero conos o balizas que hacen que muchos corredores invadan el otro carril.
Avituallamientos correctos, extendidos y a ambos lados de la calzada en los que era posible, con botellas de plástico en todos ellos, que por primera vez me me hicieron escasos cada 5km.

Agradecer a mis compañeros de carrera, Carlos y Lino, a mi padre y a Míriam por la compañía del fin de semana luso, y a todos los buenos compañeros que te tenido durante el duro trabajo ayer domingo en el 16° maratón de Oporto.

¿¡Habrá acabado mi año maratoniano de verdad?!

La recomiendo: SI*
*la carrera es muy dura, adoquinada, lo más probable es que llueva y haga mucho viento, mucha humedad, pero lo que es seguro, es que tiene 25 kilómetros preciosos !!!