EL MARATÓN DE LA MARINA AMERICANA ES UN JODIDO 10 !!
Ya es casi ley para mí, que de un maratón salga otro. Recuerdo perfectamente cómo en el grupo de Wathsapp de los pacers de Milán, alguien escribió ofreciendo la posibilidad de correr en el Marien Corps Marathon como liebre para el mes de octubre. Esto era junio, y en el mismo momento de leer ese mensaje me puse a organizar la posible experiencia. El décimo mes del año lo tenía cubierto ya, con Silesia, Chicago y Liubliana, y repetir por tercera vez consecutiva para el último fin de semana en Venecia, pero a decir verdad, la oportunidad de correr en este maratón no la podía dejar pasar así como así, al menos sin echar un vistazo al presupuesto pertinente así como los días de permiso en el trabajo. Comienzo a buscar y en cuestión de media hora organizo todo. Lo primero buscar el aeropuerto más económico de llegada, y después la cama y la ducha. Madrid – Washington con escala en Lisboa, unos 450€, que esperando el tiempo exacto, los compré por 300. El alojamiento, amigos de amigos.
Mi viaje comienza el jueves, no sin frustración, porque además de las dos horas y media de espera a pasar el primer control ya en EEUU, me preguntan que si llevo comida, contesto que «para merendar» y me invitan a pasar a una sala en donde me retienen y requisan todos los regalos que tenía para mis amigos en formas de lomos, chorizos y salchichones ibéricos de bellota. Otras dos horas allí me descuadran todo mi plan, así que lo único que quiero en ese momento es llegar a casa y descansar. Para ello, la manera más rápida es Uber en 45 minutos (130 dólares – ALÉGRÍA).
Una vez en casa, sita en Alexandria conozco a Tania y mantenemos una larga y buena conversación. El cansancio es severo, así que me voy a intentar luchar contra el jetlag. Por la mañana, tras conocer a Sam, activación por la zona y directamente marcho a hacer turismo por OldTown de la ciudad.
Al medio día, marcho a la Expo, ya que tengo un par de horas de trabajo en nuestro stand como ya sucede habitualmente en los grandes maratones a los que asisto. La Expo es absolutamente impresionante. Está situada en Nacional Harbor, en su Centro de Convenciones. Un complejo gigante y lujoso en el que tanto por dentro como por fuera se respira un aroma que en pocos maratones se siente. Cientos y cientos de corredores que el domingo se verán las caras con una de las 3 distancias que ese disputan, 10k, maratón y 50k. Todo dispuesto para el gancho de comprar merchandising o productos deportivos hacen las delicias de los asistentes.
Tras mi tiempo de trabajo y mis paseos por la Feria de Corredor, que no es poco, me voy de turismo a la capital estadounidense. Una de las razones por las que correr este maratón, sin duda, es mi interés desde hace muchos años por conocer Washington DC; ¿Qué mejor manera?
El sábado, más turismo, esta vez, visitando todo el Smithsonian Museum, comenzando por el Memorial a Lincoln y siguiendo por todos y cada uno de los demás, hasta llegar al imponente y majestuoso Capitolio; ese que tantísimas veces había visto en televisión, y que me quedo boquiabierto en el primer momento. A buena hora, me vuelvo a Alexandria para descansar. Mañana se baila a las 3h como único y más rápido pacer del evento.
El día MCM ha llegado. En una hora desde mi alojamiento estaré a los pies del Pentágono, así que toca madrugar un poco. Tras esta transición, bajo en la estación de metro de Pentágono, y toca andar una milla aproximadamente hasta el punto de salida. Antes, tenemos briefing y foto oficial de los marcapasos. Amanece en Arlington, con un sinfín de aviones despegando en el aeropuerto de Ronald Regan a escasos cientos de metros de nuestra explanada. Después de todo este bonito momento en el que el alba nos da la bienvenida, nos dirigimos poco a poco a nuestros cajones. Yo, con mi cartel a buena altura para darme a conocer, voy a la línea de salida. Comienzan a preguntarme sobre la estrategia de carrera y obviamente contesto sin titubeos: despacio en las subidas y recuperando en las bajadas. Marine Corps Marathon, posiblemente sea el maratón más complicado de gestionar como marcapasos que he hecho hasta la fecha, y todo tiene un porqué.
Todo lo americano es muy americano y no escatiman en sacar a los militares a la calle…bueno…realmente el día está diseñado para ellos, pero de repente se unen a la fiesta dos enormes helicópteros de doble hélice atravesando la marea de corredores.
Pistoletazo de salida a las 7:55. Alzo el bastón con mi cartel y comienza mi 81º maratón.
Como decía antes, el perfil de evento no es más sencillo para un pacer, y éste, comienza con una subida constante de 4 kilómetros, con éste cuarto muy pronunciado. Bajo el ritmo, lógicamente, pero sin dormirme. Tengo el resto de carrera para recuperar todos los segundos que pierda en esta primera parte de la carrera. Aunque a decir verdad, prefiero aprovechar que todos estamos frescos para dar un punto más en la primera bajada. Aún estamos en la ciudad de Arlington, y la calle está repleta de gente animando; edificios altos y amplias avenidas aunque todos buscamos la parte más corta.
Marine Corps Marathon es, entre otras curiosidades, transcurre a través de 3 Estados: Virginia, Columbia y Maryland.
Exactamente en el kilómetro 7 atravesamos el Rio Potomac, y nos metemos en el Estado de Columbia, es decir, en la cuidad de Washington DC por el bonito barrio de Georgetown. Sigue haciendo frío. Amaneció con unos frescos 4 grados y poco a poco van subiendo. Sinceramente, una temperatura perfecta con muy poco aire. Del 9 al 16 recorremos Rock Creek, que es una zona boscosa con una espesura enorme. Bonito lo que vemos, pero pronto se hace un poco pesado. En todo esto, y casi sin darnos cuenta, rebasamos la media maratón, con un tiempo oficial de 1:29:29. Esto no sería tan espectacular si no fuese porque durante 1 milla completa los corredores entramos en un pasillo hecho por los marines que ya no están, en forma de carteles a los dos lados de la calzada.
Respecto a los puntos de avituallamiento, un 10 en todos los sentidos. Miramos a la izquierda y el monumento memorial a George Washington nos saluda, para seguidamente recorrer todo el Smithsonian que el día anterior conocí paseando. Exactamente estamos en el kilómetro 30 cuando pasamos por detrás del coloso Capitolio. Un espectáculo lo que mis ojos ven. Me quedo boquiabierto y no dejo de emocionarme a cada paso. El grupo sigue entero. Eso sí, sin hablar lo más mínimo, y ahora puedo asegurar que nunca tuve un grupo tan callado. Estaban reservando fuerzas para la última parte de la carrera, y aunque yo también podía haber hecho lo mismo, mi trabajo como pacer también es hacer sentir cómodo en todos los sentidos a todo el personal. Cada paso kilométrico, y cada milla, canto los segundos que llevamos de ventaja, y aunque no contestan a mis feedbacks, creo que confían en mí.
Volvemos hacia Arlington ya, para ello, atravesamos de nuevo el rio, y nos metemos en la ciudad con un recorrido algo enrevesado, para afrontar la última parte del maratón, a los mismísimos pies de El Pentágono, con una larga recta con algún falso llano traicionero. Unos metros más y el ultimo esfuerzo en forma de rampa de 50 metros que nos lleva directamente a la meta, y con ello a los pies de la estatua más famosa de todo el complejo: la de los Marines de los EEUU.
Crono parado en unas precisas 2:59:45, tiempo oficial, ayudando a entrar en tiempo a varias decenas de corredores. Tras los abrazos pertinentes y agradecimientos me colocan la preciada y bonita medalla. Una de esas que, no sólo por el lugar, sino sobre todo por la dificultad de mi trabajo, van directamente a las que más cariño voy a tener.
Algunos de los datos interesantes:
- 24º maratón del año.
- 39º maratón como pacer
- 81º maratón en total
- 5º maratón en EEUU
Como siempre agradecer a Maite y LevelUpSuplementación, a Carlos con Absotec como patrocinador principal (en búsqueda activa), especialmente a Kimmie la partícipe de toda esta historia, y a Sam y Tania por su hospitalidad conmigo y el buen trato en todos los sentidos. Y a los seguidores, por supuesto.
Tras el evento, otros dos días de turismo medallero por la capital, y el Cementerio Nacional.
Pd. Nunca, hasta ahora había dado esta información, pero pienso que es necesario; fundamentalmente para esclarecer temas, y es que me gustaría dar a conocer todo lo que gano viajando cada fin de semana a alguna parte del mundo mientras corro maratones: EXACTAMENTE CERO EUROS. Únicamente, cuando soy pacer me regalan el dorsal. Transportes, vuelos, comidas, alojamientos, visitas turísticas y todo lo que comprende un viaje lo pago de mi bolsillo. Mi FELICIDAD NO TIENE PRECIO. «Gracias» a todxs los que os interesáis por lo que me pagan. Puede ser injusto, pero no gano dinero, simplemente es amor y pasión por lo que hago.
Próximo evento Maratón de Atenas el próximo 10 de noviembre, precisamente el mismo día de mi cumpleaños, porque el cumpleaños perfecto sí existe.
SALUD & KMS