¿¡POR QUÉ ARUBA?!

Siempre me ha gustado la geografía, pero sinceramente no conocía Aruba como tal, aunque sí había oído hablar de las Antillas Holandesas. El año pasado por el mes de agosto, y con el calendario de fin de año bastante compacto, empecé a echar cuentas de cuántos maratones me faltaban hasta los 100. Una cifra así creo que hay que celebrarlos por lo alto; hacerlos en tu ciudad, en un lugar que tengas especial cariño, o como en mi caso, un viaje de vacaciones y placer con una sencilla escusa: celebrar algo impensable hacía no tanto !! El primer plan del centenario era, sin duda alguna, correr en Sydney, pero eso implicaba «frenar» un poco durante el 2025 y realmente, no me apetecía. Estaba muy a gusto haciendo 2, 3 o 4 maratones por mes. Tras decidir no esperar al 31 de septiembre en Australia, me puse a buscar. Ushuaia era mi segunda opción, pero éste no me daba tiempo ya que los 42k en la Patagonia son en Abril. De repente, en mi buscador de confianza (Ahotu) encuentro Oranjestad, capital de Aruba. Chequeo y sin querer más opciones me pongo a investigar vuelos y alojamientos.

Aruba, la llamada «Happy Island», es el principal destino junto a Bonaire y Curazao de los Holandeses y a decir verdad, los precios de todo, no son lo que suelo manejar. Vuelos a 1000€ y alojamientos en la zona hotelera que oscilan entre los 700 y 1200 dólares por noche en régimen de alojamiento y desayuno. Eso sí, a pie de playa. 10 días allí iban a suponer un gran gasto, pero revisando opciones en la capital, puedes hospedarte por poco unos 300€ la noche en un apartamento. Finalmente, gracias a amigos y contactos, ninguna cantidad parecida a las anteriores. Apartamento AirBnb nuevo, completo y a sólo 3 minutos andando de las playas de la zona hotelera por un precio muy económico (si hay alguien interesado en ello, que me lo haga saber).

Salgo (salimos Saioa y yo) desde Bilbao el jueves. Exactamente Bilbao – Amsterdam – Aruba. Vuelo perfecto con KLM. Salir del aeropuerto y la realidad nos da una bofetada en forma de calor y humedad insoportable.
El viernes, tras una primera toma de contacto con un entrenamiento suave, me acuerdo del comentario de un amigo: «tú que has estado varias veces en Miami, hazte a la idea que Miami es una primavera comparado a Aruba».
El mismo viernes, recojo el dorsal en el Hotel Hilton, patrocinador principal del maratón. Dorsal número 100. ¿Casualidad? No. Me lo ofrecieron al saber mi historia sobre mi centenario. Expo sencilla, sin nada más que el stand de los dorsales y otro de las camisetas.

Playas y turismo hasta el día del maratón.

Llega el día A. La tarde del sábado acaba pronto para mí. A las 18:00 me voy a la cama. Necesario cuando el pistoletazo de salida se da a las 3 de la madrugada. La alarma suena a la 1:15. Entre el jetlag que todavía está presente y la endemoniada hora de despertarme, sumado a los 28ºC con 90% de humedad, las ganas de correr un maratón no son máximas, pero…es mi 100, coño !!!

Vamos andando hasta la salida, situado en el parking del Hilton. Lo tengo a 20 minutos andando. El ambiente es muy tranquilo. Estamos todos medio dormidos, pero se respira la esencia runner. A la hora exacta, me pongo en línea de salida. Mi estrategia es clara: mejorar el récord de la prueba. Un premio en metálico de 2500$ me llevaban poniendo los dientes largos desde hacía meses; y la marca, no era estratosférica: 2:44:14. Obviamente, las condiciones no eran las mejores para mí e iba a ser algo prácticamente imposible, pero como siempre digo: «aquí sólo pierde el que no lo intenta».

Pistoletazo de salida y me pongo a ritmo en cabeza de carrera. Un poco más fuerte del ritmo medio justo para conseguir ese premio, pero voy cómodo. Eso dura un kilómetro exactamente, hasta que dos corredores me adelantan de forma endiablada. Otro y yo, continuamos a buen paso durante 16 kilómetros hasta que me dice «see you». La noche está totalmente cerrada. Hay una zona de unos 2 kilómetros hasta el faro que está completamente ciega, y por momentos, sólo el sonido de las zapatillas pisando tierra, te avisa de que te has salido de la carretera que sube (y baja) al Faro de California. El cielo estrellado de Aruba sin duda se llevan el colofón de los más mágicos vistos nunca por mis ojos. Mantengo ritmo de 4’/km, mientras no dejo de sudar todo el agua que bebo. Una manera de sudar como nunca había experimentado desde el primer minuto. Mis pies los noto completamente encallados del agua que corre por mis piernas. El calor es insoportable, y para más molestias, que no lo había comentado, en Aruba es habitual tener mínimo 35km/h de viento diario. El paso de la media maratón es supuestamente perfecto para batir el récord (1:22:21), pero por un lado soy consciente de que no puedo seguir ese paso, y por otro y más importante, tengo 3 corredores por delante.

La segunda vuelta, sencillamente es de supervivencia. La soledad continua en este maratón hace mella en la cabeza, y eso es muy duro. Los tonos rosáceos del amanecer que está próximo, encandilan bien los últimos kilómetros frente al alba. Una completa maravilla. De repente, y sin pensarlo, veo a un corredor con dorsal de maratón sentado en la acera, recomponiéndose de un golpe de calor (supongo). Paro, me acerco a él, le pregunto por su estado, y me dice rotundamente que continúe, que sólo necesita coger aire. Esto es el pk36. La «derrota» de unos, a veces se convierte en «victoria» para otros, y cojo ritmo con una sonrisa de oreja a oreja. Voy tercero. Sólo pienso en que mi maratón número 100 tiene una guinda en el pastel en forma de podium.

Había dejado la bandera de España en una valla, a unos 60 metros del arco de meta. Sólo quiero que esté allí cuando llegue a ese punto. El momento en el que la veo, la recojo, me la echo a la espalda para abrir los brazos mientras ondea como nunca lo había hecho antes una bandera española en Aruba y cruzo la meta, me emociona como tantas otras veces, pero en esta ocasión es especial: SOY CENTENARIO y con pódium. 3º absoluto en uno de los maratones más complicados hechos hasta la fecha con un tiempo de 2:57:14.

Tras colgarme la medalla, y esperar a Saioa (también tercera absoluta) nos vamos tan felices a la entrega de premios en la misma playa del hotel. Medalla finisher, medalla por primero de categoría, y trofeo por 3º absoluto. MAGIA !!!

Tras el maratón y durante varios días, relax en las playas, actividades marinas como snorkel, visitas y turismo a lo largo y ancho de HAPPY ISLAND.

Gracias vida por permitirme hacer lo que amo y por esta celebración. Gracias a todos los que de una manera u otra habéis seguido esta «andadura» hasta aquí. Gracias a los que me habéis felicitado. Y como siempre, gracias a los haters.

Los primeros 100 ya están conseguidos…ahora el 101.

ARUBA: EL DESTINO PERFECTO PARA CELEBRAR LA VIDA !!!

Próximo maratón: Castel Cholmondeley Marathon (UK) el 22 de junio, en donde el año pasado vencí y como premio me dieron un dorsal para este año.

SALUD & KMS