Día D: 7 de abril, hora H: 8:15 a.m. Objetivo: pacemaker sub 3 horas. Mañana correré mi noveno maratón, tercero del año. Tierras gallegas me esperan; provincia de Pontevedra, ciudad: Vigo.
Elegí Vigo para marcarle en mi alocado calendario maratoniano el mismo día que me enteré de que en la siguiente edición harían esta distancia por primera vez, muy posiblemente impulsado por las enormes ganas que tenía de hacer su media maratón, la mítica Vig-Bay. Una carrera que se lleva celebrando 19 años, que da salida en la playa de Samil, en la cuidad de Vigo, y finaliza en el pueblo cercano de Bayona, pasando por Nigrán; 21097 metros que presumen ser unos de los más bonitos de la geografía española, bordeando la costa. Puesto que la media nunca la he hecho, mataría dos pájaros de un tiro, yendo al maratón, ya que comparte exactamente el mismo recorrido durante la segunda parte de la carrera. 
Este año, serán 6 los maratones que haga, lo que lógicamente conlleva a un presupuesto mucho mayor que otros años (Hamburgo y Berlín son caros), por lo que me puse en contacto con la organización para intentar saber cómo estaba el asunto de las liebres por allí, y poder ahorrarme un pico, sin olvidar la gran ayuda que desempeñaría. Sin querer vacilar, diré para los que creéis que esto lo hace cualquiera, ser liebre por debajo de 3 horas no es tarea fácil, y, o vas sobrado, o no lo consigues; dicho esto, me ofrecí a desempeñar este trabajo. La contestación por parte de Mar, organizadora de prácticos en la Vig-Bay, fue inmediata y afirmativa sin pensarlo, puesto que hay escasez de liebres que manejen estos tiempos y más aún, si la gente local quiere hacer su tiempo sin presiones en la primera edición del maratón de su ciudad.
Éste, será el tercer maratón que hago como liebre sub 3 horas, y sin duda, será el más difícil, ya que el perfil no es el más llano. Tres subidas de 4 kilómetros de distancia, la última, del pk33 al pk37, además, se esperan vientos y lluvias.

Salíamos la tía Pauli, Míriam, Janis y yo a las seis y media de la mañana de Valladolid, para encontrarnos con todas las inclemencias meteorológicas posibles, entre ellas 20cm de nieve durante 50km en la A52, en Verin. Que asco de viaje. Y encima, llegamos a Vigo, y lluvia torrencial. Espero que mañana cambié el tema.

Aprovechando la lluvia, voy a la feria de corredor, la cual me resulta un poco sosa en cuanto a publicidad y Strands de otros eventos deportivos, pero ultrabién organizada la retirada de dorsales. Buenísima acogida de Mar, la cual me da unas últimas instrucciones para mañana.

Como siempre, foto en el fotocool del evento, con la camiseta del último maratón. El postureo no lo dejo atrás, al igual que Don Puente (impresentable alcalde de Valladolid)

Finalizado el obligado acto en la feria, me dispongo a hacerme una idea de la humedad viguesa, haciendo un último descanso activo de 20′ por la playa de Samil y: haberla, hayla !!

Será un placer sufrir para ayudar a quienes quieran romper la barrera psicológica de las 3 horas, en una carrera más que difícil. Mañana habrá que echar cojones todos.

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